Toda tribu urbana o movimiento ideológico juvenil se establecen en base a ciertos signos característicos: estética, algunos principios éticos más o menos esbozados, pero principalmente unos gustos musicales bien definidos. La generación beat bailó a ritmo de jazz, el movimiento hippie escuchó el folk y el rock sesentero en festivales como Woodstock, los yuppies con Love Over Gold de Dire Straits. Los góticos y emos se estremecen con cantos oscuros. Y éstos son solo algunos ejemplos. Músicas que marcaron una generación, o músicas que un movimiento social juvenil hizo suyas.

Sin embargo, a lo que solemos creer, la música no explica nuestra manera de ser. Usamos la música para vernos identificados con las posturas vitales y políticas que consideramos más validas, pero no existe una vinculación estrecha entre esa identificación y nuestras acciones. Un ejemplo: la estética dura y la violencia que rodea al heavy metal no corresponde a la personalidad de sus seguidores: gran parte de ellos son personas amables, pacíficas e incluso con una tendencia hacia la introversión.

La personalidad de los aficionados al heavy metal es muy parecida a los aficionados a la música clásica, aunque su estudio sí matiza que los segundos tienen una autoestima mayor que los primeros, de promedio. Entonces, a pesar de que los estilos musicales difieran en sumo grado, por no hablar de los ropajes que cada estilo musical propone, los clásicos y los melenudos podrían categorizarse dentro del mismo perfil psicológico. Sí se sugiere que la identificación con un estilo musical es un indicador de vulnerabilidad emocional.

Lo cierto es que al vincular estilo musical con personalidad caemos en generalizaciones e imprecisiones. Si así obrásemos, estaríamos jugando en un terreno de demagogia barata y usaríamos los prejuicios que imponen los medios de comunicación y las series juveniles de televisión.

¿Cuál es la relación entre la música y la personalidad?

  • Los amantes de la música Blues, el jazz, el soul y el Rap, tienen alta autoestima, son creativos, amables y extravertidos.
  • Las personas que prefieren la música clásica son igual que los anteriores, con la excepción de que son introvertidos
  • Los amantes del Country son trabajadores y extrovertidos.
  • Los que disfrutan con el Reggae fueron reportados como algo vagos, y también creativos, amables, extravertidos y con alta autoestima.
  • Los que gustan de escuchar música Dance son creativos y extravertidos, pero no demasiado amables.
  • Los apasionados por la música Indie tienen baja autoestima, son creativos, poco amables y poco trabajadores
  • Los seguidores de la música Rock y Heavy Metal tienen autoestima baja, son creativos, no muy trabajadores, introvertidos y amables.

Estos datos fueron obtenidos cruzando datos a partir de tests de personalidad y preferencias musicales, y solo indican tendencias estadísticamente significativas; correlaciones. Obviamente, no significa esto que escuchar ciertos estilos musicales “transforme” nuestra personalidad”. 

Por consiguiente, el estado psíquico es apriorístico, y a partir de éste cada individuo se deja conquistar por aquella música que encaja con su personalidad. En ocasiones, escuchar una música con melodías o letras deprimentes a oídos de alguien no quiere decir que sea un factor detonante para deprimir a muchos de sus oyentes, sino que, al contrario, en ocasiones este tipo de músicas ayudan a superar momentos bajos de ánimo. La mayor parte de personas siguen fieles a los estilos musicales que escuchaban entre los 14 y los 26 años de edad, y esto ocurre debido a que la juventud marca nuestras identidades, que ya no serán tan plásticas durante el resto de nuestra vida.

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