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¿En qué se diferencian la esquizofrenia y el trastorno esquizoafectivo?

Los trastornos del espectro psicótico siempre han generado interés entre los profesionales de la salud mental. Quizás por sus síntomas particulares e impactantes, como un bajo o nulo contacto con la realidad, o como la aparición de delirios y alucinaciones. Por un lado, en la esquizofrenia aparecen los síntomas positivos (delirios, alucinaciones… ) y negativos (abulia, anhedonia…).

En el caso del trastorno esquizoafectivo, se combinan síntomas psicóticos con síntomas del estado de ánimo (estos tienen más peso que en la esquizofrenia). De hecho, para realizar tal diagnóstico es imprescindible que se cumplan al menos 2 semanas sin síntomas afectivos importantes, pero con la presencia de delirios o alucinaciones.

Si bien es cierto que muchos autores consideran el trastorno esquizoafectivo independiente de la esquizofrenia, otros creen que se trata de una variante de la misma y otros piensan que es un estado de transición entre la esquizofrenia y los trastornos del estado de ánimo. Es un trastorno polémico, pero el actual DSM-5 (2014) (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) considera ambos trastornos como categorías diagnósticas independientes.

Diferencias entre la esquizofrenia y el trastorno esquizoafectivo

  • Prevalencia

La prevalencia de la esquizofrenia se sitúa en el 0,3-0,7 % de la población (según datos del DSM-5; el DSM-IV-TR hablaba de una prevalencia un poco mayor, el 1 %). Por otro lado, según la OMS, la esquizofrenia afecta a 12 millones de hombres en el mundo, y a 9 millones de mujeres; el organismo añade, además, que en los hombres aparece antes. En cambio, el trastorno esquizoafectivo es mucho menos común, y solo aparece en el 0,3 % de la población.

  • Inicio

En el caso de la esquizofrenia suele ser de tipo insidioso, mientras que en el esquizoafectivo suele ser de tipo agudo. Generalmente la esquizofrenia empieza progresivamente, mientras que el trastorno esquizoafectivo suele hacerlo de manera más abrupta. Sin embargo, eso no quiere decir que se cumpla esta regla en todos los casos.

  • Pronóstico

El pronóstico de la esquizofrenia es peor que el del trastorno esquizoafectivo. En este sentido, la esquizofrenia suele ser más incapacitante e interferir más en el funcionamiento diario de la persona, que el trastorno esquizoafectivo. Por otro lado, y como dato añadido, si comparamos el trastorno esquizoafectivo con los trastornos del estado de ánimo (depresión o trastorno bipolar), sabemos que este tiene un peor pronóstico.

  • Duración

En cuanto a la esquizofrenia, sus síntomas característicos (alucinaciones, ideas delirantes, lenguaje desorganizado…) deben durar como mínimo 1 mes (o menos si se han tratado con éxito). Además de dichos síntomas, deben aparecer signos continuos de alteración en la persona de, como mínimo, 6 meses. Esto se diferencia del trastorno esquizoafectivo, ya que en este trastorno sí se mantiene el criterio mensual, pero no el de los 6 meses. Por otro lado, en este trastorno se añade el hecho de que deben existir, necesariamente, 2 semanas sin síntomas afectivos destacables (síntomas psicóticos). Este último criterio no aparece en el diagnóstico de esquizofrenia.

Alteraciones del ánimo

Las alteraciones del estado de ánimo guardan relación con estos dos trastornos psicóticos, pero, ¿de qué manera? En el caso de la esquizofrenia, para poder diagnosticarse tal trastorno y, según el DSM-5, no deben aparecer nunca trastornos del estado de ánimo (depresión, trastorno bipolar…), ya que esto excluiría su diagnóstico. En el caso del trastorno esquizoafectivo, es necesario que aparezcan síntomas (alteraciones) del estado de ánimo. Dichos síntomas incluyen episodios depresivos mayores o episodios maníacos.

Los síntomas afectivos adquieren mucha relevancia en el trastorno esquizoafectivo (de hecho, es necesario que éstos aparezcan para diagnosticarse el trastorno). En cambio, en el caso de la esquizofrenia, no son necesarios los síntomas afectivos para poder realizarse su diagnóstico (aunque pueden aparecer). De hecho, las personas con esquizofrenia suelen presentar los llamados síntomas negativos, que incluyen: afecto aplanado, abulia, síntomas depresivos, expresión emocional restringida, etc.

Otra de las diferencias entre la esquizofrenia y el trastorno esquizoafectivo hace alusión a los subtipos de cada trastorno. La esquizofrenia ya no presenta subtipos, sí existían los siguientes subtipos: paranoide, catatónica, desorganizada, indiferenciada y residual). Sin embargo, el trastorno esquizoafectivo sí incluye subtipos en el DSM-5. Son del tipo bipolar o tipo depresivo:

  1. Tipo bipolar: la alteración incluye algún episodio maníaco.
  2. Tipo depresivo: la alteración incluye episodios depresivos mayores.

Finalmente, la última de las diferencias entre la esquizofrenia y el trastorno esquizoafectivo tiene que ver con la aparición de otros síntomas, que aparecen más frecuentemente en la esquizofrenia, y que son los siguientes:

  1. Alucinaciones auditivas.
  2. Aplanamiento afectivo (síntoma afectivo).
  3. Desorganización del pensamiento.
  4. Pobreza del lenguaje.

En cambio, la confusión es un síntoma que aparece más en el trastorno esquizoafectivo que en la esquizofrenia (donde aparece muy poco).

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