La depresión puede esconderse detrás de una sonrisa
Podrías sorprenderte al descubrir que la depresión puede esconderse detrás de una sonrisa. Hay quienes sonríen, son altamente funcionales, bromistas y tienen una vida social de los más agradable.¿Cuántas personas conocés que parecen felices, sonríen a menudo, pero luchan con pensamientos depresivos en el día a día?
Se suele creer que las personas con depresión son incapaces de tener una vida como cualquiera. Quizá pensás que pasan la vida en la cama y que no pueden funcionar en el trabajo. La realidad es que ninguna de estas dos ideas es correcta. No se tiran en la cama todo el día, no lloran en forma permanente, pero poseen un dolor y sufrimiento por dentro que los va carcomiendo de a poco, incluso hasta llegar a un nivel drástico de autoprovocarse (de manera insconsciente) la “autofagia”. El cuerpo asimila esta consición mental y estas personas adelgazan drásticamente sin pode tener control porque la mente y los nervios se apoderan de ellos.
No todos experimentan la depresión de la misma forma. En algunos casos es prácticamente imposible identificarlos si solo analizas la forma en la que viven. Muchos psicólogos coinciden en que los casos de depresión más sorprendentes son aquellos de la llamada “depresión sonriente”. No sería sorprendente si nunca has escuchado este término. Una forma de definirlo es como “la apariencia de felicidad hacia los demás cuando se viven los síntomas de la depresión de forma interna”.
Será difícil que identifiques si alguien cercano a ti padece este tipo de depresión. Quienes viven con ella han aprendido a ocultar sus emociones y demostrar solo lo que se espera de él o ella. Es muy común que no quieran aceptar su depresión o que no quieran tener que enfrentar sus síntomas porque temen que los demás los consideren débiles o raros.
La parte más importante de la depresión sonriente es la tristeza. La sonrisa es un mecanismo de defensa contra el exterior, en un intento de ocultar los verdaderos sentimientos.
Puedes estar experimentando una profunda tristeza por una relación fallida, una profesión complicada, la falta de un propósito en tu vida o la soledad no deseada. La tristeza también puede manifestarse como una constante cuando sientes que “algo no está bien”.
¿Por qué es tan peligrosa la depresión sonriente?
La persona que vive con depresión sonriente puede sentirse ansioso, enojado, con miedos excesivos, cansado, irritable y sin esperanza. Puede que estos sentimientos no aparezcan todos juntos. Incluso, es probable que durante largos períodos no aparezca ningún síntoma de manera recurrente.
Imagina a la depresión sonriente como una máscara. Quienes sufren de depresión sonriente no dan ninguna señal de su problema al mundo exterior. A menudo mantienen un trabajo a tiempo completo, un hogar, hacen deporte y tienen una vida social activa. Con su máscara todo parece perfecto. Sin embargo, pueden sufrir ataques de pánico, baja autoestima, tristeza, insomnio y, en algunos casos, pensamientos suicidas. Esto último es la parte más preocupante.
Por lo general quienes viven y aceptan que tienen depresión severa pueden tener pensamientos suicidas, pero no la energía para actuar. Sin embargo, aquellos que sufren de depresión sonriente tienen la capacidad para planificar y lograrlo. Suele ser el caso típico de la persona que se suicidó y sorprendió porque nadie imaginaba que algo iba mal en su vida. Esto es lo que hace que esta depresión sea el tipo más peligroso.
¿Cómo evitar las consecuencias negativas?
Si estás viviendo con este tipo de depresión recuerda que existen alternativas que te ayudarán. Este es uno de los problemas de salud mental más tratables. Ya sea a través de consejo o psicoterapia, es posible salir adelante con éxito. En caso de que sospeches que un familiar o ser querido vive con depresión sonriente, debés estar preparado para que su primera reacción sea la negación. No es una falta de interés por su parte, sino que existen sentimientos negativos enmascarados, como el miedo o la inseguridad. Quizá la persona que lo sufre ni siquiera es consciente de que tiene este problema y la palabra “depresión” le puede sonar exagerada.
Además de la terapia, es importante buscar el apoyo en amigos y familia. Buscar un confidente puede ser el paso clave para analizar lo que sientes y lo que te preocupa. Esta persona no solo te escuchará, también te ayudará a ver las cosas con otra perspectiva. No pienses que serás una carga. A veces nos olvidamos que los que nos rodean nos quieren. Recordar que la mayoría está dispuesto a apoyarte de la misma forma en que vos alguna vez lo has hecho. Hablar de lo que sientes es vital para lidiar con pensamientos depresivos.
Si se continúa o negando o evitando el problema, será imposible encontrar una solución real. Cuando los pensamientos depresivos no son combatidos, suelen crecer y empeorar.