¿Qué es y cómo funciona el dolor?
El dolor es una experiencia sensorial y emocional muy desagradable que todos hemos sentido más de una vez. Es una de las razones más frecuentes de visita médica y representa un problema grave para una gran parte de la población ya que afecta nuestras vidas causando serios problemas emocionales y psicológicos, e incluso es, en muchas ocasiones, motivo de baja laboral. El sufrimiento asociado al dolor invade por completo todos los procesos emocionales y cognitivos que se están produciendo en nuestra mente y hacen que toda nuestra atención se desplace hacia un intenso sufrimiento. Cuando el dolor nos acompaña, nuestra vida cambia por completo.
Ya sea agudo o crónico, en la cabeza, la espalda o la muela, el dolor puede interferir seriamente en la vida de una persona y puede ser altamente incapacitante. El dolor aparece después de un traumatismo o puede ser el síntoma de una lesión o enfermedad de la que no teníamos conocimiento. Sea cual sea la causa, el dolor puede emerger en distintos lugares y con diferente intensidad.
Hace años ya que quedó obsoleta la idea de que la percepción del dolor dependía únicamente de un daño físico, en el que los receptores de la zona afectada enviaban señales al cerebro y simplemente se sentía dolor. La insuficiencia de esta teoría para explicar dolores como el del miembro fantasma (cuando una persona pierde un miembro del cuerpo pero sigue sintiendo dolor en esa zona pese a que ya no está), hizo que el mundo de la ciencia se movilizara para encontrar respuestas a la pregunta de por qué sentimos dolor las personas. Uno de los hallazgos más significativos es el de Ronald Melzack, que dio lugar a la teoría de la neuromatriz. Esta teoría explica que la difusión del dolor y la transmisión del mismo por el organismo se debe a un complejo sistema en el que intervienen diversas áreas del sistema nervioso central y periférico, sistema nervioso autónomo y sistema endocrino, influenciadas directamente por varios factores psicológicos, emocionales, genéticos y sociales. Esta idea es posterior a la que que formularon en 1965 el propio Melzack y Patrick Wall, llamada la Teoría de la Puerta de Control.
Según la Teoría de la Puerta de Control, el dolor se compone de tres dimensiones:
- Sensorial o Discriminativa: son las propiedades del físicas del dolor.
- Motivacional o Afectiva: relativa a los fenómenos emocionales del mismo.
- Cognitiva o Evaluativa: en referencia interpretación del dolor en función de aspectos atencionales, experiencias previas, el contexto sociocultural, entre otros.
En otras palabras, la percepción del dolor no es directa, sino que existe una modulación del mensaje a nivel de la médula espinal. Para poder sentir el dolor es necesario que el cerebro reciba el mensaje. Esto implica que para experimentar dolor es necesaria la llegada de esta información, pero antes de llegar a su destino, existe una puerta de entrada que, según si se abre o cierra, el dolor se siente o no. La puerta de control depende de los factores físicos, emocionales y cognitivos.
Clasificación del dolor
Según su duración, puede clasificarse en:
1. Agudo
Este tipo de dolor actúa como advertencia de un dolor real o inminente, es de corta duración y contiene un escaso componente psicológico, ya que no da tiempo a pensar en él y en las implicaciones de aquella lesión que lo causa. Un ejemplo es el dolor que surge tras una contusión o una fractura musculoesquelética.
2. Crónico
Se trata de aquel que posee una duración que supera los 6 meses. La prevalencia de este tipo de dolor en las poblaciones europeas del aproximadamente el 20%. Se acompaña del componente psicológico, ya que además de ser una experiencia desagradable de por sí, es un recordatorio constante de que hay ciertas partes del cuerpo que están fallando o que no funcionan tal y como deberían. Es, por ejemplo, el dolor que sufren los pacientes con cáncer.
Según la fuente, el dolor puede ser:
3. Físico
El dolor físico es una sensación dolorosa que realmente existe en alguna parte del cuerpo. Puede ser consecuencia de un ligero golpe o un traumatismo de gravedad (por ejemplo, de una rotura), de una mala postura o por una enfermedad. Algunos ejemplos son: el dolor de espalda o el dolor de muelas.
4. Emocional
Es una experiencia subjetiva en la que la persona tiene una herida que nadie ve. Las causas pueden ser diferentes: una ruptura de pareja, un cambio de ciudad, el despido de un trabajo, etc. Independientemente de la causa, tiene su origen en no saber gestionar el cambio de vida y por no disponer de los recursos necesarios para afrontar la nueva situación.
5. Psicológico
El dolor psicológico puede parecer lo mismo que el dolor emocional, pero no es exactamente así. Es el que conoce como somatización del dolor, que tiene su origen en un estado emocional (estrés, ansiedad, tristeza, etc.) y se refleja a nivel a nivel físico o en forma de enfermedad.
En función de la patogenia, el dolor puede clasificarse en:
6. Neuropático
El dolor neuropático es un dolor punzante, quemante y suele caracterizarse por la sensación de aumento del dolor producido justo después de la lesión. Su causa es un estímulo directo en el SNC o una lesión en las vías nerviosas. Algunos ejemplos son: la neuropatía periférica post-quimioterapia o la compresión medular.
7. Nociceptivo
Es el más común. Ocurre por la estimulación de un sistema nervioso intacto que funciona normalmente. Es un tipo de dolor beneficioso para el organismo ya que se trata de una acción protectora para evitar daños mayores y proceder a la reparación del tejido y a su regeneración. Existen de dos tipos: somático y visceral.
8. Psicógeno
Su causa es psicológica. Algunas variables psíquicas que influyen en este dolor son ciertas creencias, miedos, memorias o emociones. Es un dolor real y, por tanto, requiere tratamiento psiquiátrico de la causa.
Dependiendo de la localización, el dolor se clasifica en:
9. Somático
Ocurre por la excitación anormal de nociceptores somáticos en la piel, músculos, articulaciones, ligamentos o huesos. El tratamiento debe incluye la administración de antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
10. Visceral
Se produce por la excitación anormal de nociceptores viscerales, y puede afectar zonas alejadas al lugar donde se originó. Los cólicos, el dolor de la metástasis hepáticas y cáncer pancreático son ejemplos de este tipo de dolor. Para su tratamiento se emplean opioides.
Según su intensidad, el dolor puede ser :
11. Leve
Es el dolor menos intenso. La persona con este tipo de dolor puede realizar actividades cotidianas. El dolor puede llegar a ser tan bajo que bajo ciertas circunstancias no es percibido y “desaparece” totalmente simplemente a causa de las distracciones o de una correcta gestión del foco atencional. Por ejemplo, en muchos casos la inflamación de las encías produce un dolor leve (sin que eso quite que pueda llegar a convertirse en un problema grave si va a más).
12. Moderado
Un dolor con cierta intensidad que interfiere con las actividades cotidianas, si bien no incapacita totalmente a la persona y por lo general esta puede seguir teniendo una vida autónoma en mayor o menor medida. Requiere de tratamiento con opioides menores.
13. Severo
Es el dolor más intenso. No solo interfiere con las actividades cotidianas, sino también con el descanso. Su tratamiento requiere opioides mayores e incapacita tanto a la persona que la hace depender de terceros, ya sean amigos, familiares o cuidadores.