Psicología Clínica/Psiquiatría,  Trastornos psicológicos

¿Qué significa tener TLP?

¿Qué significa tener TLP?

El denominado TLP es la abreviatura utilizada en Psicología Clínica para el “trastorno límite de la personalidad”. Se trata de una enfermedad mental que afecta de manera grave la capacidad que tiene una persona para controlar sus emociones. Esto lleva a que el individuo tenga actitudes como: impulsividad, sentirse mal consigo mismo y con el entorno que los rodea.

¿Qué causa el trastorno límite de la personalidad?

Hasta la actualidad, los científicos no están seguros de la causa del trastorno límite de la personalidad, pero diversas investigaciones sugieren que los factores genéticos, ambientales y sociales pueden aumentar el riesgo de desarrollarlo. Estos factores pueden incluir:

  • Antecedentes familiares. Las personas que tienen un familiar cercano (como un padre, una madre o un hermano) con esta enfermedad pueden tener un mayor riesgo de desarrollar el trastorno límite de la personalidad.
  • Estructura del cerebro. las personas con trastorno límite de la personalidad pueden tener cambios estructurales y funcionales en el cerebro, especialmente en las áreas que controlan los impulsos y el control emocional. Sin embargo, los estudios no demostraron si estos cambios fueron factores de riesgo para la enfermedad o los causó el trastorno.
  • Factores ambientales, culturales y sociales. Muchas personas con este trastorno informan que han sufrido acontecimientos traumáticos, como maltrato, abuso, abandono o adversidades durante la infancia. Otras personas pueden haber sido expuestas a conflictos hostiles o relaciones inestables en las que se sintieron invalidadas.

Aunque estos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar el trastorno límite de la personalidad, no necesariamente significa que lo tendrá. Además, hay personas que no poseen los factores anteriormente mencionados y sin embargo, desarrollan el trastorno límite de la personalidad en algún momento de su vida.

¿Cuáles son los síntomas?

Las personas con trastorno límite de la personalidad pueden tener cambios fuertes en el estado de ánimo y sentirse inseguras sobre cómo se perciben a sí mismas. Sus sentimientos hacia los demás pueden cambiar rápidamente y pasar de una cercanía extrema a una aversión extrema. Estos sentimientos cambiantes pueden originar relaciones inestables y dolor emocional.

Quienes padecen de este trastorno mental no consigue mantener un equilibrio en su vida y se mueven de un extremo a otro: para ellos todo es bueno, o todo en malo, sus intereses oscilan de forma brusca, al igual que sus valores y es por ello que terminan actuando de manera imprudente, llegando a ser obsesivos e arriesgados e imprudentes. Tienen una percepción de sí mismos distorsionada e inestable, realizan esfuerzos para evitar un abandono real o percibido (iniciar de forma apresurada relaciones y finalizarlas con las misma rapidez).

Usualmente las personas que padecen TLP tienen:

  • Miedo intenso de ser abandonado/a
  • Tristeza profunda/depresión
  • Momentos de euforia
  • Intolerancia a la soledad y sentimientos persistentes de vacío y aburrimiento
  • Manifestaciones de ira inapropiada
  • Impulsividad: puede llevar al consumo de drogas, alcohol u otras sustancias.
  • Actos de autolesión: hacerse cortes en las muñecas o tomar sobredosis de medicamentos.

Es importante remarcar que NO todas las personas con trastorno límite de la personalidad tienen exactamente estos síntomas. La gravedad, la frecuencia y la duración de los mismos dependen de la persona y su enfermedad.

¿Cómo se refleja en el cerebro el TLP?

  1. El TLP se encuentra en 1.7% de la población general, entre el 15-28% de los pacientes en clínicas u hospitales psiquiátricos y en una gran proporción de personas que buscan comenzar tratamiento psicológico.
  2. El cuidado de los padres o tutores a cargo, la calidad de vida temprana y el maltrato en la primera infancia pueden afectar la expresión genética, la estructura y funciones del cerebro, lo que puede resultar en rasgos de comportamiento que son estables a lo largo de la vida.
  3. Aún se debe investigar si las anomalías estructurales en el cerebro con TLP son a causa de la afección o una consecuencia del trauma, una huella de sufrimiento en nuestro cerebro.

Diagnóstico y tratamiento para el TLP

El trastorno límite de personalidad se diagnostica sobre la base de una evaluación psicológica. Se toman en cuenta los antecedentes y la gravedad de los síntomas de la persona. La psicoterapia individual puede tratar eficazmente el TLP pero, es indispensable que la persona afectada debe asumir su condición y su patología para poder mejorar su condición. Caso contrario, no funciona.

La terapia dialéctica-conductual se desarrolló específicamente para personas con trastorno límite de la personalidad. Esta terapia se centra en el concepto de estar plenamente consciente o de reconocer y estar atento a la situación y al estado emocional actual. Este tipo de terapia también enseña habilidades para controlar las emociones intensas, reducir los comportamientos autodestructivos y mejorar las relaciones.

La terapia cognitiva-conductual, que puede ayudar a las personas con este trastorno a identificar y cambiar las creencias fundamentales o los comportamientos subyacentes a la percepción equivocada de sí mismos y de otros, así como los problemas que tienen para interactuar con los demás. Este tipo de terapia puede ayudar a disminuir los cambios de estado de ánimo y los síntomas de ansiedad, así como reducir el número de conductas suicidas o autodestructivas.

En lo que respecta a los medicamentos, éstos cumplen un rol secundario para tratar este tipo de trastorno. En algunos casos, pueden mejorar los altibajos en el estado de ánimo. Se suelen combinar dos o tres psicofármacos para que actúen como reguladores del ánimo. Pero, es importante destacar que su uso no siempre es beneficioso y pude tener delicados y hasta complejos efectos secundarios: desde temblores, visión borrosa, pérdida de memoria, hasta depresión e intentos de suicidio, entre los más graves. Por eso, es que, en caso de tener que recurrir a la medicación, el paciente debe estar bajo control permanente de un profesional en Psiquiatría.

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