El cuerpo y la mente forman un todo. De ahí que los problemas emocionales siempre dejen huellas en el organismo. Esto es perfectamente lógico si se tiene en cuenta que el cerebro es el eje del funcionamiento del cuerpo humano. También el hecho de que todo el cuerpo está inervado y por lo tanto está comunicado con el cerebro.

Se podría afirmar que no hay ninguna molestia física que no tenga como referente, o como contexto, uno o varios problemas emocionales. En este sentido, es bueno atender a las señales que nos envía el cuerpo. En general, son indicadores de que existe algún tipo de desequilibrio en nuestra vida. Algunas de esas señales corporales son muy comunes. No se trata de enfermedades en sentido estricto, sino de problemas emocionales que hacen presencia en el cuerpo.

  • Dolor de cabeza: si es frecuente, es un síntoma muy común. Miles de personas en el mundo lo sufren. No es para menos. Está asociado con el estrés y la agitación. Por lo tanto, es normal que haya tantos afectados por este problema. S significado se resume en una sola palabra: tensión. Hay fuerzas internas que se contraponen. Habitualmente es el deseo de hacer las cosas completas y bien, en contraposición a la falta de tiempo. O la necesidad de descansar, frente a la obligación de cumplir compromisos. Detrás de una cefalea muchas veces hay problemas emocionales, de ahí que con frecuencia los medicamentos no tengan los efectos deseados.
  • Problemas en las rodillas:  es una de las molestias más comunes. Casi siempre está relacionado con una exacerbación del ego. Se produce cuando el centro de preocupación es uno mismo y se tiene una actitud algo despreciativa hacia los demás. Indica una necesidad de salir de esa burbuja que hace resistencia para que no nos mostremos generosos con los demás.
  • Rigidez en los hombros : son la zona del cuerpo que se destina para cargar pesos muy grandes. Esto vale tanto para los pesos físicos como para los que suponen una carga en el plano mental. Un dolor en los hombros, especialmente si hay calambres, indica una sobrecarga. Probablemente ,llevas una carga que te está pesando demasiado. Tal vez una responsabilidad que no te corresponde o un compromiso con el que sientes que no puedes cumplir. El dolor en los hombros habla, en todo caso, de problemas emocionales asociados a la presión excesiva.
  • Dolor en el cuello:  el cuello rígido y que presenta dolor es una clara señal de una rigidez extrema. No en todos los aspectos de la vida, pero sí en uno en particular: la dificultad para perdonar. El rencor y el resentimiento toman forma de fuerte tensión muscular en la zona del cuello. La dificultad para perdonar también puede estar acompañada de otros sentimientos, como inconformidad o desprecio. Si te duele el cuello, es bueno que pienses en el rencor del que todavía no te has desecho. Quizás al diluirlos, con ellos también se esfume el dolor que sientes.

  • Dolores en las manos: Las manos son una zona del cuerpo muy relacionada con la expresión y con el contacto con los demás. Cuando hay dolores o molestias en las manos, es hora de revisar cómo están los vínculos con las demás personas. Es muy usual que haya un deseo insatisfecho de hacer o tener más relaciones de confianza. Las molestias o los dolores hablarían de una condición de privación social que se desea superar. Sin embargo, tal vez no se ha encontrado el camino para hacerlo.
  • Dolores en la parte superior de la espalda : La parte superior de la espalda es otra zona en la que se concentran las tensiones y los problemas emocionales. Cuando hay dolor allí, es probable que te sientas muy solo. También, puede hablar de una carencia de amor propio. La autoestima puede estar lesionada. En su lugar, es posible que haya una gran cantidad de temores. Estos, generalmente, se relacionan con vínculos sociales poco satisfactorios.
  • Dolores en la parte inferior de la espalda:  también tienen que ver con sobrecargas. Sin embargo, en este caso no hablan de excesivas responsabilidades abstractas, sino de preocupaciones de tipo material o económico. En este caso, hay una preocupación muy grande por el tema del dinero. Quizás se ha gastado de más, o se tienen muchas deudas. En el fondo hay un temor a no ser capaz de asumir las responsabilidades económicas con eficiencia.

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