¿Todos nos enamoramos de la misma manera?
A lo largo de nuestra vida nos hemos dicho esta frase en más de una oportunidad: “Estoy enamorada/o.” Ese sentimiento, esa autoafirmación que nos hacemos con una mezcla de sorpresa, ansiedad y contenida felicidad suele acompañarse de una o varias dudas. ¿Sentirá la otra persona lo mismo? ¿lo hará con intensidad o seré quizá solo un capricho temporal? No todas las personas se enamoran de igual modo.
Si hay algo que nos encantaría es que, en esta materia del amor, todo fuera semejante, equilibrado, correspondido al 200 %. Sin embargo, a veces nos encontramos con pequeñas disonancias que nos llenan de ansiedad. Hay quien ama y necesita al otro en exceso. Los hay que necesitan menos, otros, aman a medias porque prefieren un amor reciclable de usar y tirar. Abundan, afortunadamente, los que aman de manera madura y responsable, los que son conscientes que amar no es coincidir en todo, pero, aun así, se esfuerzan en llegar acuerdos. En hacer de una relación un viaje de crecimiento y descubrimientos.
Ante la pregunta de si todos nos enamoramos y amamos del mismo modo, la respuesta es «no». Cada cual lo hace de un modo, lo que no significa que seamos incompatibles.
El campo de la Psicología lleva décadas estudiando este tema. Comprender los mecanismos por los cuales las personas son capaces de experimentar la mayor de las felicidades y, en otros casos, la más devastadora de las tristezas o decepciones, es algo que interesa a múltiples áreas del conocimiento. La neurociencia, la filosofía y la sociología llevan tiempo también profundizando en este aspecto.
De algún modo, un amor real se define también por 3 ingredientes básicos:
- pasión
- compromiso
- respeto.
Amor a primera vista vs Amor a fuego lento
Los tiempos también definen el lenguaje del amor. Hay quien se rinde al cabo de unos segundos al ver esa imagen fascinante, al quedar cautivado por esa gestualidad o esa forma de expresar en la que se contiene a partes iguales la autoconfianza y el misterio. Otros, en cambio, necesitan tomarse su tiempo, ir más despacio. Son los que tras meses o años de amistad descubren que el afecto es más profundo, más necesitado y lleno de tonalidades. El tiempo es un factor que nos diferencia a unos y a otros a la hora de enamorarnos.
Personas que buscan llenar sus vacíos vs Personas que no buscan y encuentran
Hay quien en materia de amores anda como un explorador en busca de alguien muy concreto. Son perfiles con grandes carencias, tanto de autoestima como de autoconceptos. Estas personas ansían dar con quien pueda reforzar y nutrir cada uno de sus vacíos, buscan almas gemelas que se conviertan en sus otras mitades; víctimas al fin y al cabo de francotiradores emocionales. En el caso opuesto, están los que sencillamente, no necesitan nada. Los que caminan por la vida siendo receptivos y sintiéndose a su vez, completos, seguros de sí mismos, dispuestos a disfrutar del día a día. Para estas personas el amor no se busca, se encuentra, y cuando esto ocurre, se vive siempre con alegría y de forma madura.
Enamoramiento físico vs enamoramiento por conversación
Hay enamoramientos que entran directamente por los ojos. Y sí, en ocasiones uno puede descubrir que tras ese rostro perfecto se esconde a su vez una persona excepcional. En otros casos, el enamoramiento llega con ese día a día donde las conversaciones cara a cara o la complicidad construida a ritmo de whatsapp, tejen esa magia donde finalmente se enciende un amor intenso.
Conslusión
Como observamos, existen infinitas formas y mecanismos por los cuales aparece este sentimiento. Así, y aunque en un principio al decirnos eso de me he enamorado, puede asustarnos y llenarnos de ilusión a partes iguales, lo más importante viene después. No importa que lo que más nos fascine en esa primera fase sea el físico o la cantidad de aficiones y pasiones que tengamos en común. Cada cual cruza el umbral del amor a su manera. Lo decisivo llega más tarde, cuando habitamos ya en el corazón del otro. En materia de relaciones afectivas se necesitan muchas normas y decretos explícitos para que esa aventura entre dos funcione. Ese será el momento en que todo adquiera sentido y nos pongamos verdaderamente a prueba, demostrando valías, compromisos y responsabilidad.