Las 4 actitudes básicas y primordiales para mantener vinculos sanos y mejorarlos dia tras día consisten en:
- La Comunicación
- La generosidad
- El equilibrio
- La distancia (cuando sea necesaria).
Éstas 4 actitudes son necesarias para llevarnos bien con nuestros amigos, familiares y con nuestra pareja.
1. Cuidar nuestros afectos y relaciones
Lo primero que vale la pena que tengamos en cuenta es que somos animales sociales, necesitamos el contacto con otras personas. Estar solos y aislados no nos sienta bien. Para tener una buena vida, y en parte una buena salud, es necesario tener buenas relaciones con los demás, no estar todo el tiempo en lucha y en tensión. Los humanos estamos preparados para vincularnos con los demás, el amor nos ayuda, nos llena de sensaciones agradables. En cambio, cuando perdemos a un ser querido, sea por separación o muerte, entramos en un proceso de dolor y tristeza, que son emociones duras y difíciles de atravesar.
2. Compensar los desequilibrios
Para que una relación sea fluida y funcione es importante tener la percepción de qué aporta cada persona: lo que dan ambas partes tendría que estar equilibrado. El dar y el tomar tienen que ser equitativos en las relaciones entre iguales porque, tanto si uno da demasiado como si el otro no da nada, pueden romperse. El desequilibrio se puede dar cuando uno de los miembros de una pareja aporta más trabajo o dinero que el otro, o cuando uno aporta hijos de otra relación. Como es muy difícil tener este equilibrio de entrada, habrá que buscar maneras de compensarlo. El primer mecanismo de compensación es el agradecimiento. Después,se pueden buscar otras maneras de conseguirlo.
3. Aprender a expresarse y saber escuchar
Una de las claves en las que se apoyan las buenas relaciones es poder explicar al otro lo que deseas y cómo te gustaría que fuera vuestra vida juntos (o vuestra amistad). No des por supuesto que él o ella ya lo sabe o que lo tendría que saber; es importante expresar las emociones y compartir también pensamientos y anhelos. A su vez, también es primordial poder escuchar al otro/a, estar atentos a lo que nos tenga para decir sobre cómo le gustaría que fueran las cosas. Desde ahí se puede construir una relación basada en el respeto mutuo y que responda a las necesidades de cada uno.
4. No tomar las cosas de forma personal
Todos tenemos heridas de la infancia y mecanismos neuróticos para no sentirlas, todos aprendimos a reaccionar según el ambiente en el que crecimos. Por lo tanto, nos comportamos como sabemos y no como queremos, y normalmente de una manera bastante estereotipada. Para la terapia Gestalt, la neurosis consiste en no poder salir de un comportamiento determinado y olvidarnos de que somos mucho más, que podemos hacer las cosas de una manera diferente. Cuando entramos en relación con los demás, se ponen en marcha estos aprendizajes independientemente del amor que exista en la relación. Nada de lo que hacen los demás es personal, por eso es importante que no lo tomemos como una ofensa o un “ataque” hacia nosotros. Es solo una manera de estar en el mundo y de relacionarse con él.
5. Elegir con quién quién deseamos vincularnos
En la base de toda relación está el amor, aunque algunas veces parece que está disfrazado o, incluso, ausente. En los casos en los que podamos elegir, como las parejas y los amigos, hay que buscar las relaciones que nos den paz, que nos hagan felices, que nos brinden alegría. No debemos quedarnos “pegados” a aquellas relaciones que nos causan daño de forma constante y tampoco a esas que impliquen mucho esfuerzo de mantener. No es verdad que el crecimiento venga siempre de la mano del dolor y la dificultad. Para ello, es necesario poder dejar las relaciones cuando no son de nuetsro interés y ser capaces de sostener la soledad en algunos momentos. En el mundo hay mucha gente y seguro que podemos encontrar a personas con quienes podamos compartir buenos momentos y ser felices al estar al estar en contacto con ellos.
6. Quien no te gusta, puede ayudarte
Cuando no soportes a alguien o sientas mucho enojo con él o ella, debemos preguntarnos qué parte de esa persona en concreto es la que no nos gusta. Cuando lo hayamos averiguado, basta con observar dentro de cada uno/una este aspecto que tanto te molesta. Lo más probable es que el otro se esté permitiendo algo que uno no se permite a causa de nuestras creencias. Mirar si una parte de uno mismo querría permitirse lo que esta persona se permite. Por ejemplo: me molesta la gente que se viste de forma llamativa , que buscar llamar la atención. Frente a esto, preguntarse: “¿Cómo están mis ganas de que la gente me mire, de ser vista? ¿Por qué yo no me lo permito?”. Seguramente tengo una creencia al respecto: no hay que llamar la atención y hay que pasar desapercibido.