Darse cuenta cuando existe un maltrato físico es sencillo, pero ¿qué sucede cuando el maltrato es psicológico? Éste no se percibe, es silencioso, todo se reduce a dos personas, y el resto prácticamente puede deconocerlo por completo (salvo que convivan con estas dos personas).
El maltrato psicológico implica palabras que hacen daño, degradaciones, humillaciones, desprecio… Todo esto, en principio puede ser muy sutil, para que la persona maltratada no se de cuenta y poco a poco vaya entrando en el juego y la “trampa” del maltratador. En definitiva, lo que se está buscando es el poder de someter a esa persona sin que esta sea consciente de ello.
El maltrato físico suele combinarse con el maltrato psicológico. De hecho, puede haber maltrato psicológico sin maltrato físico, pero no puede haber maltrato físico sin maltrato psicológico. El maltratador sabe que su palabra tiene el poder y por eso la utiliza. El maltrato psicológico es mucho más efectivo que el maltrato físico porque hunde y destroza completamente a las personas, deja enormes secuelasque perdurarán en el tiempo. Ese acoso, sentirse vigilado, sentir la indiferencia y/o humillación, sentirse no querido. Es también muy doloroso un silencio, una mirada fría, una mirada despectiva.
Muchas son las personas que afirman que estos golpes invisibles duelen mucho más que cualquier maltrato físico. Muchos prefieren un acto de violencia física a enfrentarse a varios años dedicados a superar los problemas generados a causa del maltrato psicológico.
¿Cómo se detecta a un maltrator psicológico?
- Te insulta, te grita, te ridiculiza y te menosprecia haciéndote sentir que no valés nada, que tu vida en sí no vale nada. Lo hace de tal forma que uno/a se siente hasta agradecida/o por estar con alguien que esté con vos a pesar de esto.
- La presión emocional y sexual que ejerce sobre ti hace que tengas sentimientos de culpa. Realmente, te hace sentir culpable de algo de lo que no eres culpable. En resúmen, sabe cómo “dar vuelta” la historia a absolutamente todo y dejarte con dudas y generando que aceptes que la equivocada/o sos vos.
- Tiene celos excesivos y te controla todo el tiempo. Eres su posesión más preciada y al mismo tiempo la más despreciada, una incoherencia que te confunde, pero te somete.
- Realiza constantes amenazas que paralizan y dan miedo. Puede amenazar con abandonarte o con otras cosas que sepa que son tus grandes debilidades. Sabe manipularte emocionalmente.
- Te aísla de tus amigos y tu familia. Tiene el poder de controlar con quien quedas y cuándo alguien puede disponer de tu tiempo o no. Decidirá por ti, serás su marioneta. Ya no eres libre, sino alguien que está sometido a los deseos y caprichos de otro.
Si te has encontrado alguna vez con alguien que tenga alguna de estas características, probablemente hayas estado en contacto con una persona que maltrata psicológicamente. Aunque es también verdad que, en alguna ocasión y/o situación, pueden utilizar la fuerza física, si ven que la presión psicológica no les está siendo suficiente. Pero cierto es que no suele ser algo que realicen seguido.
Machismo, bullying, discriminación… Existen innumerables razones para que alguien se sienta con el derecho a maltratar a quien considera más débil. Es una de las expresiones más fuertes de la desigualdad y, por supuesto, tiene que ver con el ideal de éxito y la permanente competencia en la que vivimos. La violencia psicológica te convierte, en tu mente, en un inútil. Los encontramos en cualquier espacio y lugar. En la vida familiar, las relaciones de pareja, los amigos, el colegio, la universidad, el trabajo. No hay escapatoria. Allí están, y no es posible evitar su presencia. Pero podemos identificarlos a partir de sus rasgos característicos. De ahí que sea importante estar alerta y saber interpretar lo que podrían ser las verdaderas intenciones de una persona.
Aunque no hay unidad de criterios entre psicólogos y estudiosos del tema, el maltratador psicológico está lejos de ser un enfermo mental. En la mayoría de casos simplemente causa daño por probar el poder que tiene sobre el otro.
Por eso hay características sobresalientes que lo definen. Estas alguna de ellas:
- Parecen encantadores: mientras se ganan la confianza de su víctima, se comportan como las mejores personas del mundo. Es complicado para la gente que está a su alrededor descubrir sus verdaderas intenciones. Es un actor digno de ganarse todos los premios. Sorprende por su carisma y al sitio que llega siempre le cae muy bien a la gente. Inclusive cuando se quita la máscara y deja expuesto su verdadero rostro, las demás personas (sobre todo la víctima), se niegan a creer que están ante un maltratador. Y es tal la desilusión, que es probable que algunos nunca lleguen a aceptar esa terrible y desconcertante verdad.
- Pensamiento sin matices: para una persona con esta configuración psicológica, solo existe el blanco y el negro. No admite matices de ninguna clase. Lo anterior impide que perdone, que tenga en cuenta las circunstancias de alguien que se pudo equivocar o, simplemente, que sea incapaz de reconocer sus propios errores. Le viene perfecta la conocida frase “del amor al odio hay solo un paso”. Así concibe la vida: como dos extremos que, si se tocan, producen choques terribles. Para él las cosas son buenas o malas; existe la verdad o la mentira; se gana o se pierde. Reacciona de acuerdo a los principios con los que entiende la vida.
- Intolerancia y rigidez : el maltratador no acepta las diferencias. El suyo es el único mundo posible y no valora el de los demás. En sus relaciones con el sexo opuesto considera siempre inferior al otro. Son casos de machismo o feminismo llevados al extremo. Trata a los demás según las características que la sociedad les atribuye. Si las comparte, entonces se acercará solo a quienes se identifiquen con él. De lo contrario, tomará distancia y adoptará actitudes de rechazo. Se deja llevar por los prejuicios sociales. Por eso es frecuente verlo discriminando y siendo poco respetuoso con el diferente. El maltratador piensa y actúa como si fuera dueño de la verdad. Las razones de los demás le tienen sin cuidado. Tiende a imponer sus ideas sin importar el contexto en el que se encuentre. A la hora de establecer acuerdos no cede un milímetro porque cree que sus puntos de vista deben ser aceptados. Cree dominar todas las situaciones y tener siempre la razón. Los demás viven equivocados y sus ideas discrepantes son equivocadas por el hecho de ser discrepantes. Es un líder negativo que siempre tiene la intención de sobresalir, manipular y ser el centro de atención.
- No saben manejar sus emociones: cuando fracasan, les cuesta volver a empezar. Si por el contrario triunfan, entonces creen que alcanzaron a tocar el cielo con sus manos. Todo extremo es vicioso y enfermizo, pero el maltratador psicológico ve con buenos ojos el extremismo y lo aplica incluso sobre él mismo. En ellos no hay autocrítica real y a la vez se juzgan severa, pero superficialmente. Son propensos a deprimirse con facilidad. Y frecuentemente caen en profundos abismos de los que casi nadie está en capacidad de rescatarlos. Esto, es en realidad producto de su baja autoestima. Esto hace que se mantengan en un permanente estado de ansiedad y tengan tendencia a victimizarse.
Pese a todos estos rasgos, el maltratador psicológico suele llevar una vida llena de sufrimientos. Su peor castigo es no poder amar realmente a nadie. Por eso hay soledad y vacío en su día a día. Él también es víctima de sí mismo.
¿Cómo ayudar a quien es víctima de un maltrato psicológico?
Es difícil ayudar o que se deje ayudar una persona que está siendo maltratada psicológicamente. Para empezar, ella misma no sabrá si está en lo cierto, ni si se merece protestar por ello. El maltrato es tal que le hará pensar que es merecedora de tal situación, que no es buena persona y que se merece todo lo que le hagan. Nos encontramos con una autoestima totalmente destruida. Una autoestima rota, una vida sin sentido, rodeada de dolor, de miedo y de necesidad de satisfacer a alguien que continuamente le hace daño.
El maltrato psicológico es silencioso porque siempre será tu palabra contra la de tu maltratador y aún hay mucha gente escéptica que creerá que son inventos tuyos, que uno/a está exagerando, o que te estás volviendo loca/o. También, puede ocurrir que aunque seas consciente de que te están haciendo daño, tú desees seguir y proteger a esa persona que te está dañando. A esto se le denomina “Síndrome de Estocolmo”.
Y, si bien estadísticamente, hay más mujeres que hombres que sufren esta clase de maltrato, no son pocos los hombres “sometidos” a mujeres manipuladoras y que ejercen este tipo de control y maltraro sobre su pareja.
Lo importante es saber identificarlo y, si así lo desea, ayudar a esa persona maltratada, pero esto sólo puede darse si la misma permite ser ayudada. En ocasiones, por mucho que lo intentemos, es factible que no podamos hacer nada. El desgaste mental es tal que el maltratador al final consigue su verdadero objetivo.