La palabra “Duelo” proviene del latín duelum, que significa sencillamente “dolor”. Muchas veces profundo, que no se parece a ningún otro y deja un vacío difícil de llenar.
Desde una definición clínica, el duelo es un proceso de adaptación emocional frente a una pérdida, ya sea de un ser querido, de un trabajo, de un hogar o de aquello sobre el cual depositamos nuestra energía y afecto.
El duelo posee diferentes etapas que deben transitarse para poder salir adelante y continuar con nuestras vidas.
Éstas etapas o fases son las siguientes:
- 1. Fase de Negación: Negar que la pérdida sea real.
- 2. Fase de Bronca y Enojo: Se buscan culpables, responsabilidades perdiendo objetividad.
- 3. Fase de Negociación: Se intenta buscar una solución a la pérdida.
- 4. Fase de Dolor Emocional: incluye una gran angustia, desesperación, una enorme tristeza y hasta episodios depresivos profundos.
- 5. Fase de Aceptación: Se asume que la pérdida es inevitable. Supone un cambio de visión de la situación sin la pérdida; siempre teniendo en cuenta que no es lo mismo aceptar que olvidar.
La duración del proceso del duelo depende de cada persona, situación, contexto o relación con aquello que ya no está más. Se espera que un proceso saludable dure entre 6 meses y 2 años, pero siempre habrá que tener en cuenta el apoyo y la contención social con la que se cuenta, de la personalidad y la forma de afrontar las dificultades.
¿Qué podemos hacer para transitar el duelo de la “mejor”manera posible?
- Tener en cuenta la importancia de consultar con un terapeuta para transitar este proceso si consideramos que no podemos hacerlo solos y que requerimos de la ayuda de un especialista.
- Respetarse uno mismo los propios tiempos de elaboración, sin juzgar ni juzgarse por los diferentes modos de transitarlo.
- Contar con una red de contención para sobrellevar los momentos de angustia y trsiteza profunda para evitar caer en una depresión.
- Evitar tomar decisiones importantes mientras se está transitando un duelo.