En una sociedad obsesionada con la salud, la belleza y la longevidad, ¿cuándo se vuelve arriesgado esforzarse por “ser saludable”? ¿Cuándo este anhelo se convierte en un problema para muchos? La gente se ha ido familiarizando con trastornos de la conducta alimentaria (TCA) como anorexia nerviosa, bulimia nerviosa o trastorno por atracón, pero gran parte de la población ha normalizado una conducta alrededor de la comida que va de la mano del concepto “alimentación limpia” -tan difundido en los medios-, y que poco a poco se ha convertido en un trastorno de la conducta alimentaria.
En 1998, Steven Bratman, un practicante de medicina alternativa, acuñó el término ortorexia nerviosa (OrNe). Esta se presenta cuando la intención de comer saludablemente se convierte en una obstinación o fijación patológica, alterando el funcionamiento global y la calidad de vida de quién la presenta. Las personas con OrNe clasifican los alimentos en “correctos y saludables” o “incorrectos y poco saludables”, y se inclinan siempre por el consumo de los primeros. Este comportamiento alimentario, que puede considerarse perturbado, se centra en una estricta adherencia a una dieta perfecta, pura y saludable, que pretende influir positivamente en la salud. Las personas que presentan OrNe dan valor a la pureza de los alimentos, sin importar las dificultades para conseguir dichos alimentos limpios, los costos económicos de los mismos y los inconvenientes interpersonales generados por la dieta.
La OrNe involucra pensamientos obsesivos y comportamientos compulsivos con respecto a una alimentación saludable, están asociados con diferencias relacionadas o no con el uso y abuso de suplementos nutricionales, así como técnicas de medicina complementaria y alternativa, con el control de la salud y a síntomas de mala salud física. Sin embargo, a pesar de su objetivo de lograr una salud perfecta, estas personas experimentan una salud física disminuída con síntomas que pueden estar relacionados con sus severas restricciones dietéticas. La inflexibilidad cognitiva observada en estos pacientes parece ser específica de los pensamientos y comportamientos en torno a una ingesta saludable.
La OrNe es un trastorno alimentario conjeturado y bastante estudiado en la actualidad. Se presenta tanto en hombres como en mujeres, sin que predomine más en las últimas. En la actualidad, no existe una definición universalmente compartida de OrNe, los criterios de diagnóstico están en debate y los instrumentos psicométricos utilizados en la literatura revelaron algunos defectos. Aunque no se reconoce actualmente como un trastorno psiquiátrico en el DSM-5, basados en dos décadas de investigación empírica y estudios de casos clínicos, Dunn y Bratman en el 2016 sugieren que se trata de un trastorno de la conducta alimentaria legítimo y postulan los siguientes criterios diagnósticos que se están revisando en la actualidad:
- Preocupación mental obsesiva y comportamiento compulsivo con respecto a una dieta restrictiva que el individuo cree que es saludable. Dedicar más de tres horas al día en pensar en la dieta sana, preocuparse más por la calidad de los alimentos, que del placer de ingerirlos.
- Las violaciones de la dieta causan un miedo exagerado a la enfermedad, sensación de impureza, ideas de culpa y sentimientos de vergüenza.
- Las reglas dietéticas se intensifican con el tiempo e incluyen la eliminación completa de grupos enteros de alimentos, así como ayunos o limpiezas frecuentes en un intento de purificar el cuerpo. Hay planificación excesiva de lo que se comerá al día siguiente.
- Desnutrición y las complicaciones médicas correspondientes que resultan de una dieta severamente restrictiva
- Impedimentos en el funcionamiento personal, social, vocacional o académico como resultado de su preocupación obsesiva y comportamiento compulsivo.
- La autoestima y los niveles de satisfacción son excesivamente dependientes de la estricta adherencia a su dieta restrictiva.
Algunos investigadores han propuesto la existencia de una ortorexia sana (SaOr), que se diferencia de la OrNe. La adopción y mantenimiento de una dieta equilibrada afecta positivamente el estado de salud humana, y aquí estaríamos refiriéndonos a una SaOr. Usando una combinación de las palabras griegas orthós –que significado correcto– y órexis –significante del apetito–, la ortorexia ha sido descrita como un nuevo estilo de alimentación.
Del mismo origen etimológico de la ortorexia, está claro que el interés por comer bien o saludablemente no debería asociarse con un enfoque problemático de los alimentos. Si sacamos las palabras como fijación y obsesión, la ortorexia podría hacer parte de una forma de vida saludable, infortunadamente, la palabra ortorexia ha sido asociada a un componente problemático de la misma: la ortorexia nerviosa (OrNe). Los investigadores Barrada y Roncero señalaron que la ortorexia incluye, además de la dimensión patológica de OrNe, un interés no patológico en una alimentación equilibrada, que llamaron Ortorexia Saludable (SaOr). Hay que tener en cuenta que, mientras la SaOr está relacionada con la selección de alimentos saludables (en función de su composición) y podría servir como un factor protector contra la angustia emocional, la OrNe está relacionada con el afecto negativo y el miedo a no comer lo suficientemente saludable.
Otras manifestaciones a tener en cuenta
- La evitación y, en última instancia, la eliminación de ciertos tipos de alimentos que la persona no puede ver como “puros”: los colores, sabores y conservantes artificiales; los alimentos que pueden haber sido modificados genéticamente o químicamente, y los tratados con pesticidas.
- Rechazar ciertos grupos de alimentos que la sociedad o la ciencia han considerado “insalubres”.
- Una disminución en la variedad de alimentos que compra.
- Pérdida de peso.
- Negarse a comer alimentos para los que no tiene claridad sobre la preparación o lo que contienen (por ejemplo, en un restaurante).
- Negarse a comer alimentos que no se han preparado de manera saludable (plancha, papillote, horno, etc.)
- Negarse a comer alimentos que no fueron producidos o preparados de una manera que consideran pura (los alimentos deben ser de la granja a la mesa).
- Algunos pacientes con OrNe dicen haberse sentido muy orgullosos al iniciar una alimentación “limpia”, algo así como haber adquirido una insignia de honor. Pueden haber experimentado una sensación de superioridad, en el hecho de que están comiendo de la mejor manera posible y nadie más está haciendo un trabajo tan bueno como ellos. Es una forma externa de elevar un sentido de sí mismos, a menudo bajo. Puede haber un aumento inicial en la autoestima, pero, por lo general, no durará, ya que siempre hay algo más que podrían estar haciendo, una forma de ser aún más “saludable” y, por lo tanto, más justa y perfecta.
A menudo se comienza con una dieta simple y aparentemente inofensiva. Parte de la sociedad tiende a alabar o ensalzar a quienes incluyen o excluyen ciertos alimentos; incluso puede parecerle a la mayoría de las personas que alguien en las etapas iniciales de la ortorexia está mejorando su estilo de vida y tomando decisiones más saludables. La “persona que hace dieta” es admirada por lo que se percibe como disciplina y buen autocontrol.
Al principio puede ser difícil darse cuenta de que hay un problema, pero con el paso del tiempo queda claro que tiene una dificultad entre sus manos, cuando ya no puede ir a cenar a la casa de su amigo o comer en el que siempre fue su restaurante favorito. A medida que se obsesiona cada vez más con ser puro, la dieta se vuelve muy restrictiva. Con el tiempo, vemos una disminución en la variedad y la ingesta calórica, lo que puede conducir a complicaciones sociales, fisiológicas y médicas. Lo que comenzó como una forma de ser “saludable” se ha convertido en lo que está causándole daño.
¿Qué hacer si conoces a alguien que pueda tener OrNe?
Si alguna de las anteriores manifestaciones le suena familiar, es crucial que busque ayuda. También, es importante hablar con su ser querido de confianza si piensa que presenta OrNe. Se trata de un trastorno importante que requiere ayuda profesional. Encontrar un terapeuta o nutricionista que se especialice en trastornos alimenticios es un excelente primer paso. A partir de ahí, su profesional puede ayudar a establecer unas buenas estrategias de tratamiento, que debe incluir un equipo interdisciplinario y desde una perspectiva cognitivo conductual. El objetivo primordial es modificar aquellos pensamientos y conductas que están manteniendo la OrNe, y así eliminar las consecuencias negativas que este trastorno tiene para la vida de la persona, tanto a nivel físico como emocional y social.
En muchos casos de ortorexia nerviosa se deben manejar trastornos comórbidos como depresión mayor, ansiedad o TOC. También se debe tener en cuenta el círculo íntimo de amigos y familiares en los cuales se apoya. Asimismo, se deben seguir las cuentas de redes sociales positivas para la mente y el cuerpo, practicar el autocuidado, la atención consciente y un diálogo interno positivo todos los días. Por último, es importante desafiar las normas sociales y publicitarias de “salud y bienestar” que promueven la conducta de ortorexia nerviosa.