El denominado “Ataque de Pánico” es una crisis severa de angustia. Consiste en la súbita aparición de un miedo indomable o de un malestar muy intenso que suele alcanzar su máxima expresión en un lapso de aproximadamente entre 5 y 10 minutos pero el estado puede prolongarse hasta 1 hora.
Durante ese tiempo, surgen al menos 4 de éstos síntomas:
- Palpitaciones, golpeteo del corazón o aceleración de la frecuencia cardíaca.
- Sudoración.
- Temblor o sacudidas.
- Sensación de dificultad para respirar o de asfixia.
- Sensación de ahogo.
- Dolor o molestias en el tórax.
- Náuseas o malestar abdominal.
- Sensación de mareo, inestabilidad, aturdimiento o desmayo.
- Escalofríos o sensación de calor.
- Parestesias (sensación de entumecimiento o de hormigueos).
- Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (separarse de uno mismo).
- Miedo a perder el control o de “volverse loco”.
- Miedo a morir
- Sensación de pérdida de la audición
- Sensación de borrachera
- Pérdida de la visión periférica
- Sntirse fuera de la realidad
- Sensación de perder el control
- Sensción de que no existís y de encontrarte fuera de tu propio cuerpo
En el transcurso de una crisis de ansiedad, un exceso de adrenalina entra al corriente sanguíneo y, un mensaje de miedo le indica a las glándulas suprarrenales que hay una situación de emergencia. Dichas glándulas, llenas de adrenalina, entran al corriente de sangre aumentando la habilidad para responder frente a una emergencia.
La adrenalina causa que el corazón bombee más sangre, la cual es recibida por los músculos para aumentar la habilidad de correr más rápido y aumentar la fuerza en sus brazos. El cerebro también recibe más sangre. Mientras que las glándulas suprarrenales sigan recibiendo ese mensaje de alerta, se continuará descargando adrenalina.
Si en ese momento, el cuerpo no consume la energía por la cual se preparó, puede surgir un estado de hiperventilación pudiendo generar mareos, sensación de opresión en el pecho, nudo en la garganta.
También aumenta la presión arterial, se incrementa el metabolismo celular, hay mayor concentración de glucosa en sangre y en la actividad cerebral. También surgen modificaciones faciales como dilatación de las pupilas, la frente se arruga y los labios se estiran horizontalmente.
¿Cómo actuar frente a un ataque de pánico?
- Si percibimos que son frecuentes y afectan nuestra vida cotidiana, lo principal es pedir ayuda a un profesional que nos acompañe en este proceso y nos oriente frente a esta situación desconocida.
- Por otro lado, es importante frente a los ataques recordar que lo que está sintiendo no es más que una exageración de las reacciones habituales ante el stress.
- Esperar y dejar que pase el temor, controlando las respiraciones. Tratar de inhalar y exhalar de manera pauada y tranquila, como cuando se realizan ejercicios de relajación.
- Afrontar el miedo, no esconderlo y no añadir pensamientos negativos durante la situación de angustia.