Mejorar nuestra autoconfianza nos dará las fuerzas necesarias para lograr todo lo que deseamos, porque sólo nosotros mismos sabemos dónde están nuestras fortalezas, debilidades y nuestros límites. En algún momento, todos nos hemos sentido fracasados, incluso derrotados. Esto no significa que tengamos que mejorar nuestra autoconfianza, aunque sí es cierto que quizás sea una muestra de que la tenemos algo abandonada.
Consejos para mejorar tu autoconfianza
- Querer y poder: no todo lo que deseemos puede darse de la manera planeada y, está claro que tenemos nuestras limitaciones en algunos aspectos de nuestra vida. Pero, si en verdad queremos hacer algo, muchas veces nos frenamos y limitamos para llevarlo a cabo. Posiblemente, en esa confianza que deberíamos tener en nosotros mismos interfieren otros factores y, muchos de ellos son externos. Si le damos mucha importancia a las opiniones de los demás, si sentimos vergüenza porque sabemos que nos costará más que a los demás o que probablemente no lo consigamos, quizás lleguemos a este esperado final. Cuando queremos algo, es factible conseguirlo si realmente tenemos en tener claro cuál es el objetivo. No debemos asustarnos por lo grande que puedan ser nuestros sueños. A veces, nos sentimos pequeños, pero esto no es más que una clara manifestación de nuestras inseguridades.
- Aprender de los fracasos: tenemos en mente que fracasar es algo humillante, algo que nos debería hacer retroceder, de lo que deberíamos sentir vergüenza. Muchas personas tienen objetivos brillantes, pero no logran alcanzar sus metas porque fracasan. Sin embargo, el fracaso no es más que una oportunidad de aprender. Una forma de volver a la realidad, de redirigir nuestro camino. No es malo fracasar, peor es no haber intentado nada. Nunca debemos bloquearnos por haber fracasado.
- Evitar las comparaciones: nunca debemos compararnos con otros, ya que no hay dos personas iguales. Todos somos diferentes, todos tenemos distintas fortalezas y debilidades. Lo importante es superarnos a nosotros mismos, no superar a los demás. La autoconfianza reside en verse a uno mismo como alguien que no necesita estar “copiando” al resto. Somos únicos y la comparación solo nos termina generando más inseguridad. No debemos permitir que esto suceda y tenemos que creer en nosotros mismos, porque en las comparaciones siempre habrá alguien que salga perdiendo.
- Concentrarse en los logros: apostar por uno mismo no es tan fácil cuando las cosas van mal una tras otra. Aunque hayamos aprendido que los fracasos son positivos e importantes para aprender, no logramos avanzar, nos bloqueamos y nos damos continuamente contra una pared. Cuando esta suceda, no hay que alarmarse. Debemos mirar hacia los logros que hayamos conseguido sin menospreciarlos. Es bueno poder ser capaces de obsevar aquellos pequeños logros cosechados, porque todos han marcado una diferencia. Realizar esto, permite que podamos impulsarnos hacia adelante y salir de ese bache en el cual nos encontremos. Por otra parte, no siempre las dificultades están ahí, muchas veces es nuestra forma de ver las cosas lo que falla.
- Tener metas realistas: de nada sirve querer aumentar nuestra autoconfianza si todas nuestras metas en la vida son inalcanzables. Todo tu esfuerzo, todo tu empeño puesto para alcanzar los sueños no darán fruto alguno y, eso sucede simplemente porque no se pueden llevar a cabo. Por eso, es importante plantearse el llevar a cabo pequeñas metas que sepamos que están a nuestro alcance. De esta manera, evitamos creer en metas demasiado grandes que puede que no logremos alcanzar. Es una manera de esquivar una frustración, en este caso, buscada.
- Apostar por uno mismo: la autoconfianza es algo que se desarrolla de forma consciente. Es normal que tengamos dudas o pasemos por una mala etapa y nuestra autoestima esté baja. Sin embargo, hay que mantenerse firmes y arriesgarse. Aunque fracasemos, aunque nuestros sueños queden frustrados, aunque tengamos muchas piedras en el camino, apostar por uno mismo es primordial para seguir adelante y fortalecer la autoestima.