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¿Cómo podemos gestionar los engaños?

«La mentira más común es aquella con la que una persona se engaña a sí misma. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano» – Friedrich Nietzsche –

En nuestro paso por la vida debemos enfrentarnos a diferentes tipos de engaños, tanto en lo personal como en lo profesional. Una trampa puede ser pública o privada, darse a conocer o quedar en secreto, afectar a sólo una persona o a muchas… Lo que también cambia es la manera en que reaccionamos a este tipo de mentiras. Aunque, vale decir, existen ciertos sentimientos que atañen a todos los que son engañados, como es el caso de la rabia y la impotencia.

Cuando nos damos cuenta de la realidad, o mejor dicho, de que alguien nos ha tendido una trampa, empiezan a invadirnos diversos sentimientos:

¿Cómo podemos gestionar los engaños?

Gestionar la rabia que genera un engaño no es simple, pero tampoco imposible. En primer lugar, es preciso aceptar que fuimos engañados. Asumirlo con sentimiento, con verdadero entendimiento y aceptación. Para poder gestionar una emoción (en este caso la rabia), es necesario identificarla y comprenderla. Sí, nos han engañado, es algo muy injusto, pero con quedarnos llenos de rabia no vamos a solucionar nada.

Se trabaja la rabia y la bronca desde el punto de vista de la injusticia. ¿Cómo? Expresándolo. Puede ser con palabras, escribiendo una carta, pintando un cuadro, gritando en lo alto de una montaña o en el medio del campo, corriendo una maratón, practicando boxeo o llorando. Mientras no elijamos la violencia y aumentar más rabia, podemos eliminar este sentimiento que nos pesa y no nos deja avanzar de la manera que nos gustaría. A su vez, existen cursos de manejo de la ira que pueden ayudar, o también sirve mucho hacer terapia con un psicólogo. Lo importante es lograr transformar esa emoción negativa fruto de los engaños en energía positiva para que nos ayude a continuar nuestro camino en esta vida.

La rabia es una muy mala consejera, nunca hay que olvidarlo. No soluciona nada, sino que empeora todo. Un ejercicio que puede ayudar es el siguiente:

Una vez que hayamos pasado por todos estos estadío,nos daremos cuenta que la solución es más simple de lo que creíamos. Empezaremos a sentirnos en paz con nosotros mismos, que es lo más importante. Además, seremos más precavidos la próxima vez antes de confiar en alguien.

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