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Formas de mantener la práctica del Mindfulness

La base del Mindfulness reside en prestar atención de una manera especial: intencionadamente, en el momento presente y sin juzgar. Otros autores lo definen como «la conciencia de la experiencia presente con aceptación» o «la capacidad humana universal y básica, que consiste en ser conscientes de los contenidos de la mente, momento a momento». El objetivo básico de esta técnica es pasar del mind full (mente llena) al mindfulness (mente clara). Se busca pasar a una mente pensante racional y menos motivada por el desorden y el caos.

Cuando practicamos el mindfulness, centramos nuestra atención de forma repetida en nuestra experiencia en el momento presente. Dejamos de lado una y otra vez las rumiaciones del pasado o las preocupaciones por el futuro y redirigimos nuestra atención a lo que está pasando en este momento. Su práctica pretende que observemos de qué manera caminamos por la vida, que nos paremos a observar y veamos en qué trampas psicológicas caemos, como la rumiación, la evitación, la conducta inducida por las emociones, la autocrítica y el perfeccionismo.

Los requisitos para practicar el mindfulness son:

  1. Contar con un sitio adecuado.
  2. Buscar un momento oportuno.
  3. Adquirir una postura idónea
  4. Tener un temporizador.

La instrucción fundamental que debemos dar al cerebro para empezar con la práctica es dirigir la atención a la experiencia en el momento presente, con curiosidad, apertura y aceptación.

Actitudes que debemos adoptar:

Esta habilidad de ser consciente (mindful), de no atascarse en el pasado ni inclinarse al futuro, sino más bien de abrirse y aceptar cualquier cosa que surja momento a momento, es una definición de presencia. La presencia es la sensación con sentido de atención plena, apertura y ternura que surge cuando estamos aquí y ahora con nuestra experiencia. En muchos aspectos mindfulness y presencia son sinónimos. Pero mindfulness se refiere asimismo al proceso de entrenar la mente para que esté y permanezca presente.

Cómo motivarse para practicar Mindfulness

Aprender la práctica formal de mindfulness es relativamente sencillo, pero mantenerla en el tiempo no lo es. Pueden surgir muchos desafíos una vez que hemos decidido meditar de forma regular. Es fácil frustrarse, pensar que no lo estamos haciendo del modo correcto o preguntarse si de verdad merece la pena. También, podemos preocuparnos de que, ante las exigencias de la vida cotidiana, no dediquemos suficiente tiempo a la práctica sistemática, o incluso podemos detener la práctica por completo.

Por eso, es importante continuar y no juzgar nuestra práctica demasiado pronto. Si acabamos de empezar, comprometernos a practicarlo durante al menos 8 semanas antes de extraer conclusiones: esto es lo que significa darle una oportunidad real. Simplemente sigue, sin evaluar cómo lo estás haciendo y sin esperar ningún resultado concreto. Una vez hayan pasado las 8 semanas puedes echar la vista atrás y decidir si ha existido un cambió, cómo ha sido la magnitud de ese cambio y si vale la pena continuar.

Formas de mantener la práctica del mindfulness

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