Estamos tan acostumbrados a trabajar durante horas sin descanso que ya ni siquiera sabemos qué hacer ni cómo actuar cuando tenemos tiempo libre. Luchamos por cumplir múltiples tareas, dejando partes inconclusas.
Cada ser humano tiene una energía asignada y, es nuestro deber utilizarla de forma adecuada y aprender la forma de no malgastarla sin obtener un beneficio. Tenemos la capacidad de mantenernos tranquilos bajo presión gracias a un conjunto de habilidades como ser: la paciencia, la tolerancia, la constancia, la perserverancia y, sobre todo, el intelecto.
La energía desempeña un papel muy importante en nuestras actividades pero difícilmente se mantiene elevada durante todo el día. La misma va mermando y es por eso que es importante llevar a cabo un plan para ejercer un mejor control tomando en cuenta el tiempo que le dedicamos a cada una de nuestras actividades, con el fin de ser más eficientes y productivos. En definitiva, se trata de poner en la balanza los aspectos físicos y emocionales para lograr un estado de salud completo. La clave está en trabajar en armonía, al ritmo que nos dicte nuestro cerebro y cuerpo y, no buscar auto exigirnos cuando sabemos que no podemos mas.
Los hábitos que nos roban las energías
- La casa desordenada: en un espacio limpio, ordenado y despejado automáticamente nos sentimos mucho mejor. Un lugar repleto de cosas que ni siquiera utilizamos provoca ansiedad y apatía. Si queremos empezar desde cero, lo primero que hay que hacer es darle vida a nuestro hogar y tirar las cosas que nos quitan o roban energía. Tenemos que transformar nuestra casa en ese lugar donde siempre deseamos llegar, donde se respira buena vibra y relajamiento, sin caer en la depresión. Nunca hay que olvidar que “menos es más”.
- Exceso de preocupaciones: Preocuparse por los problemas cotidianos es normal. Lo alarmante es cuando no podemos controlar la preocupación y, la ansiedad se apodera de nosotros y termina manejando nuestras emociones. Esta se manifiesta por medio de síntomas como: Inquietud, Fatiga, Tensión muscular, Irritabilidad e Insomnio. Esto sucede porque hay más actividad en el hemisferio cerebral izquierdo: el pensamiento lógico y racional trabaja sin parar. Lo que el paciente debe hacer en enfrentar lo que le causa miedo , soltar el pasado, revivirlo desde otra perspectiva si es lo que queremos, pero también vivir el presente, buscar proyectos, y reforzar la autoestima.
- Personas tóxicas: por muy duro que suene, hay personas tóxicas que solo buscan a otras como “tachos de basura” para desechar sus problemas, enojos, disgustos, miedos y frustraciones. Es mejor no dejar que nos llenen de esa mala energía (al menos no todo el tiempo), porque inconscientemente afectan esto nos afectará en día a día. Cada uno de nosotros tiene el poder de elegir quién entra en nuestro y en quién invertimos nuestro tiempo. Por mucho afecto que le tengamos a esa persona, él o ella está interfiriendo en nuestro desarrollo personal y es entonces cuando llega el momento de alejarse, de tomar distancia. Es parte del sistema natural, toda persona que se encuentra a tu alrededor solo viene a 2 cosas: te ayuda a crecer o te ayuda a hundirte. Aunque tsus intenciones sean buenas, esto no implica que nos termine haciendo un bien.
- No escuchar a nuestro cuerpo: por la monotonía de los días, casi siempre olvidamos que somos seres vivos. Sometemos a nuestro organismo a largas jornadas, presión y estrés, sin escuchar lo que nos dice. Es prácticamente imposible sobrevivir ante tanta exigencia. Necesitamos tomar aire fresco, meditar y hacer ejercicio para eliminar toxinas. Entre tanto, llevar una alimentación rica en vitaminas, minerales y nutrientes es indispensable para mantenernos saludables.
- No cumplir con nuestras responsabilidades: nos puede suceder que en el camino hacia una decisión, decidimos cambiar de opinión. Es válido, pero debemos actuar en consecuencia y no escapar de nuestras responsabilidades. Si ya no deseamos hacer algo, lo que debemos hacer es ofrecer una segunda opción y volver a negociar. Retrasar lo inevitable desgasta. Hay que cumplir a término cierta cuestiones para que los demás nos tomen en serio. Siempre es mejor decir lo que sentimos a tener que cargar con las consecuencias durante años.
- Una vida sedentaria: No importa si pasamosmucho tiempo en una oficina o si nuestro trabajo implica estar sentados la mayor parte del tiempo (y del día). Al hacer esto, la función de nuestro organismo entra en un círculo vicioso de apatía. Sin embargo, cuando comenzamos a movernos, a ejercitarnos, así sea una caminata de 30 minutos diarios, la liberación de endorfinas incrementa el nivel de energía que nos mantendrá en alerta.
- Falta de prioridades: ¿Qué es lo que realmente deseamos en nuestras vidas? Hay que buscar aquello que nos llene a nivel emocional y físico para que podamos estar tranquilos/as. Llenar nuestra agenda de pendientes absurdos sólo hace que perdamos el control y que terminemos satisfaciendo las necesidades de los demás sin importar lo que a nosotros nos hace felices. Es válido tomar un respiro, observar nuestro momento y analizar las áreas de oportunidad. Es importante recordar que todo ser vivo necesita de pausas para crecer. Si actuamos sin parar, lo único que hacemos es tirar energía que ya no regresará.