Si no tuviéramos endorfinas no sabríamos qué es el placer, no disfrutaríamos del sexo, la música, leer, el baile, el chocolate o de una buena charla. De hecho, las personas con un nivel bajo de endorfinas son personas especialmente sensibles, tristes, melancólicas, nostálgicas y, a las cuales cualquier acontecimiento un poco doloroso de la vida les afecta mucho más que al resto. Existen personas que son más propensas a tener bajas las endorfinas. Por lo general, no consumen proteínas, han tenido algún familiar con estas características (por herencia genética) o sufren estrés laboral o familiar.

Sin embargo, la buena noticia es que, de una manera completamente natural se puede estimular al organismo para que genere endorfinas. Con pequeños gestos o actividades podemos conseguir que nuestro cerebro segregue más cantidad de estas sustancias bioquímicas tan importantes. Sin prácticamente hacer esfuerzos liberaremos esas cantidades de endorfinas que nos ayudarán a paliar el dolor físico y también el emocional.

Algunas de las actividades para aumentar el nivel de endorfinas son:

  • Llevar a cabo tatamientos complementarios y corporales: está demostrado que los masajes, la acupuntura, baños de vapor, el yoga, el shiatsu o el reiki ayudan a generar endorfinas. También, la meditación o hacer ejercicios respiratorios ayudan en la tarea.
  • Realizar actividades placenteras: recibir desde abrazos, besos, mimos, hasta mantener relaciones sexuales satisfactorias. Leer, escuchar música, bailar, cantar o viajar. Tomar sol, pasear por la naturaleza o comer algo que nos guste mucho. Cualquier actividad que nos agrade hará que segreguemos esta hormona.
  • Divertirse: nada mejor para aumentar los niveles de endorfinas que reírse, hacer bromas tontas, jugar con los chicos, escuchar chistes o, simplemente, sonreír con frecuencia.
  • Realizar actividades estimulantes: el ejemplo más claro es el deporte. Hacer ejercicio es una inyección de endorfinas y no sólo eso, sino que al segregarlas, también se favorece la recuperación tras ese esfuerzo físico.
  • Enamorarse
  • Ser generoso y solidario: esto genera un bienestar general con uno mismo y se liberan endorfinas en nuetsro organismo.
  • Consumir proteínas

Estas hormonas de la felicidad tienen muchos beneficios, entre los cuales podemos destacar:

  • Bajan nuestro nivel de ansiedad, generan un estado de bienestar general y contrarrestan un excesivo nivel de adrenalina provocado por el estrés.
  • Ayudan a reforzar el sistema inmunitario y reducen la presión sanguínea.
  • Refuerzan las sensaciones de placer y aumentan el deseo sexual.
  • Retrasan el proceso de envejecimiento.

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