Psicología Clínica/Psiquiatría,  Trastornos psicológicos

¿Quién puede sufrir un brote psicótico?

Un brote psicótico es una ruptura de la realidad de forma temporal, y durante este periodo de tiempo la persona que lo sufre no distingue si lo que le sucede es real o ficticio. Imágenes o pensamientos aparecen en su mente como si todo fuese auténtico. Pueden pensar que todo el mundo está en su contra y quieren acabar con él o, por otro lado, pueden escuchar voces en su interior que le dicen que debe suicidarse. El brote psicótico debe ser tratado con fármacos y es preciso buscar ayuda psicológica lo antes posible.

Los trastornos psicóticos son enfermedades mentales graves en las cuales la persona pierde el contacto con la realidad. Uno de los síntomas característicos de este tipo de psicopatologías es la aparición de brotes psicóticos (alucinaciones y delirios).

Para padecer un brote psicótico hay una cierta predisposición genética a padecerla, que unido a factores ambientales pueden desencadenar la presencia del mismo. En enfermedades como la esquizofrenia o el trastorno paranoide es posible que, si el paciente no se medica, puedan aparecer varios brotes psicóticos a lo largo de su vida. Esta ruptura con la realidad puede ocurrir por distintos motivos, y no solamente con estos dos trastornos psicóticos. Algunos pacientes con trastorno bipolar o trastorno límite de la personalidad también pueden experimentar un brote psicótico. En algunos casos, incluso personas que nunca han sufrido un brote psicótico pueden sufrir un único brote tras una situación emocional muy estresante o por el consumo de drogas como la marihuana o los alucinógenos.

En casos de pacientes con trastornos psicóticos, la medicación se hace necesaria para evitar estos episodios. Pero, por lo general, es complicado anticiparse a él y prevenirlo. Lo habitual es que los propios familiares busquen ayuda cuando el propio brote psicótico está presente, y los pacientes suelen ser ingresados temporalmente hasta que los síntomas han remitido. Sin embargo, existen ciertas señales que pueden indicar este tipo de comportamiento:

  • El individuo muestra una conducta de aislamiento social, y puede dejar de ir al trabajo o al colegio.
  • Existen cambios en la forma de vestir y los hábitos, así como un descuido de la apariencia y la higiene.
  • La persona muestra una conducta desorganizada, poco habitual, que parece carente de sentido, rara y extravagante.
  • Presenta ideas extrañas que no parecen tener ninguna relación con la realidad. Aunque no comparta este tipo de pensamientos con todo el mundo, puede que se lo comente a algunas personas cercanas.

Los delirios y las alucinaciones, ambos presentes en el brote psicótico, no son lo mismo ni se expresan del mismo modo. Los primeros suelen manifestarse en el trastorno delirante o paranoide, mientras que los segundos son típicos de la esquizofrenia. Los delirios son falsas creencias. Es decir, creencias erróneas de la realidad sobre un hecho u objeto existente. Son, en otras palabras, una distorsión de un estímulo externo que está presente. Por ejemplo, cuando alguien sufre delirios puede ir caminando por la calle y creer que la gente que se le cruza está espiándolo para luego darle información a la policía. Por otro lado, las alucinaciones son percepciones falsas, como oír, ver o sentir algo que en realidad no existe. Los pacientes con esta condición realmente escuchan o ven cosas, pero esos objetos o voces no están ahí realmente, son invenciones de la mente. Por ejemplo, un individuo con alucinaciones puede creer que le hablan a través de los enchufes de su casa.

Tratamientos

Cuando una persona sufre un brote psicótico necesita tratamiento inmediato. Estamos ante la presencia de un grave trastorno. El paciente suele ser ingresado para que pueda recibir el correcto tratamiento farmacológico y psicológico. La administración de fármacos antipsicóticos (por ejemplo, el haloperidol o la olanzapina) es necesario para estabilizar al paciente, pero el apoyo psicológico también es imprescindible, ya que no solo sirve de ayuda para los pacientes, sino que los familiares también pueden beneficiarse de la ayuda psicológica para poder afrontar esta situación. La psicoterapia es útil para proporcionar información, herramientas y apoyo en estos casos.

En algunos casos (por ejemplo, el trastorno psicótico inducido por sustancias), el paciente no vuelve a sufrir brotes psicóticos en su vida. En otros casos, como la esquizofrenia, los brotes psicóticos pueden volver a aparecer con cierta frecuencia. Es muy importante aclarar que brote psicótico y esquizofrenia no son lo mismo. Aunque a veces pueden confundirse ambos términos y usarse como sinónimos, la esquizofrenia es un tipo de trastorno psicótico de larga duración, mientras que un brote psicótico es una manifestación aguda que tiene una breve duración. El brote psicótico se considera un síntoma positivo de la esquizofrenia.

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