La hipersomnia es una alteración que se atiende cada vez más en las clínicas de sueño del mundo y que habitualmente se confunde con enfermedades como la depresión. La confusión radica en que el desajuste en este trastorno del sueño provoca una disminución en el estado anímico, entreotros síntomas que a menudo se confunden con la depresión.

Ser hipersomne supone tener un sueño excesivamente prolongado y profundo, y las personas que lo padecen experimentan somnolencia en el transcurrir de su día a día, dificultándoseles las actividades laborales que requieren de esfuerzo físico y mental. Ambos padecimientos hallan un nexo común en la disminución la capacidad de las personas para realizar sus actividades. A nadie le hace feliz estar somnoliento en distintos momentos del día. Entonces es muy fácil que se confunda esta hipersomnia con la depresión. Si alguien tiene sueño en cualquier momento del día, ronca, amanece con boca seca, tiene problemas de atención y memoria y empieza a dejar de soñar, es indicativo de que el ronquido ya provocó un alteración respiratoria llamada apnea del sueño y esta es la principal causa de hipersomnia.

Cómo distinguirlas

Para distinguir entre ambas enfermedades debe recurrirse a un diagnóstico diferencial, que determina que alguien está deprimido si no presenta la apnea del sueño y los demás síntomas. Sin embargo, la depresión, sin duda, acompaña a los trastornos del sueño y uno de los principales es la hipersomnia. Este exceso de sueño es consecuencia del desajuste del reloj biológico, que lo ocasiona dormir tarde, algo que altera la necesidad de horas de descanso que cada ser humano tiene programada genéticamente.

Hay medidas que se pueden tomar que sirven para acompañar el tratamiento de cualquier alteración del sueño pero, además, pueden utilizarse para prevenir cualquier afectación del mismo. Dos de las más importantes son la actividad física -que activa la fisiología en el día para ofrecer un mejor descanso en la noche- y vigilar el consumo de sustancias estimulantes como el café, además de evitarlas durante la noche pues pueden retrasar el inicio del sueño. Evitar alimentos con grasas e irritantes, así como la cantidad de los mismos también ayuda a conciliar mejor el sueño, ya que una cena abundante o que incluya estos elementos aumenta el proceso digestivo y también hará que la persona se levante para ir al baño.

No está de más tampoco prestar atención al lugar donde uno duerme ya que es el sitio donde más pasa (tiempo) nuestro cuerpo y éste debe ser un lugar agradable, aislado de luz, música y de cualquier ruido, sea proveniente de la calle o de celulares y computadoras, una vez entrada la noche.

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