En ocasiones, no lográs encontrar tu camino y te resulta complicado que algo te haga feliz. Quizás tu pareja no te hace feliz, tu trabajo no te gusta, querés cambiar tu forma de ver o de vivir la vida, pero te sentís bloqueada/o. La vorágine del día a día te impide parar a pensar si lo que estás haciendo es lo que realmente querés hacer, a reflexionar sobre el motivo por el que nada te hace feliz. Todas tus actividades diarias te distraen de lo que es también importante: vos mismo.

Un poco de egoísmo sano, es necesario de vez en cuando para recuperarnos a nosotros mismos, para saber quiénes somos y tener la certeza de que el lugar al que se dirige nuestra vida nos hace felices, y es el lugar que hemos elegido nosotros y no otras personas. Para seguir adelante cuando nada te hace feliz, se pueden hacer muchas cosas, pero lo fundamental es realizar una reflexión profunda sobre nuestras emociones, sentimientos y deseos.

¿Qué es lo que queremos?, ¿Qué es lo que nos emociona, lo que nos hace vibra? No tenemos que dejarnos influir por lo que los demás piensan, se trata de pensar en lo que nosotros verdaderamente deseamos, en “eso” que noa trae felicidad. Todos tenemos sueños y deseos, que nos da miedo hacer realidad, pero la vida no es larga y es hora de caminar hacia lo que realmente anhelamos.

Por otra parte, no basta con pensar, es también el momento de empezar a hacer todo aquello que nos pueda dirigir hacia nuestro sueño. Si siempre quisiste ser actriz, comenzá inscribiéndote en un curso de teatro por ejemplo, asistí a eventos que tengan que ver con el teatro o con el cine, relacionáte con personas que tengan la misma inquietud y comenzarás a disfrutar de lo que te hace feliz.

  • No es necesario intentar hacer todo en un segundo, hay que frenar, parar un poco y pensar en lo que es urgente y en lo que puede esperar. Encontrá un tiempo para dedicarlo a vos misma/o, para disfrutar de lo que más te gusta, ya sea pasear a la luz de la luna, disfrutar de una comida con tus amigos o familiares, cenar con tu pareja. Siempre es posible encontrar ese momento para nosotros.
  • Nuestros sentimientos son importantes. ¿Cómo te hace sentir tu vida actualmente? ¿Qué es lo que no te gusta? Si te sentís triste es hora de comenzar a hacer cambios, empezá por vos mismo, cambiá tu forma de vestir, de peinarte, de caminar, cambiá tu forma de relacionarte con la gente. Pensá que no vas a perder nada, simplemente habrás experimentado y te divertirás.
  • Si necesitas llorar, hacerlo. No importa si te miran, dejá salir la tristeza, no la retengas. Llorar es necesario, para poder sustituir después esa lágrima con una bonita sonrisa.
  • Aislarnos y no relacionarnos con otras personas nos distancia y nos hunde aún más en nuestra tristeza. Somos seres que necesitamos abrazos, besos, caricias, palabras de ánimo y de consuelo. Necesitamos estar con otras personas y disfrutar de su alegría, de su sonrisa contagiosa. A lo mejor no te dan ganas ver a nadie, pero muchas veces cuando nos sentimos así es cuando salimos y disfrutamos, porque no tenemos expectativas.
  • ¿Qué harías si no tuvieras miedo? Esa es una pregunta fundamental, que te debés plantear cada día para dejar de lado aquello que te da temor y hacerlo. Hay muchas formas de hacer las cosas y es importante hacerlas en la forma en que nos sintamos cómodos, pero también muchas veces vencer el miedo y correr un riesgo nos puede hacer sentir que el miedo es algo totalmente superable y creado por nosotros mismos.
  • Salir de nuestra zona de confort, hacer algo arriesgado, sentir una pizca de inquietud cada día, independientemente de si tenemos éxito o no, eso nos podrá proporcionar la alegría de vivir y de saber que merece la pena disfrutar de nuestra existencia.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *