Muchas veces no compartimos nuestros pensamientos por no ser “criticones o quejosos”, hasta que el vaso rebalsa y, entonces no tenemos más remedio que dejar que salgan todos de golpe y con la energía de un huracán. Esto hace que no elijamos las mejores formas ni el mejor momento. es por eso que, hay que ser conscientes de la diferencia entre análisis amigable y crítica destructivay, observar y analizar si el propósito de nuestras palabras es ayudar, simplemente desahogarnoste o lastimar al otro.

En nuestro día a día convivimos y nos relacionamos con otras personas. De esta interacción diaria surgen conductas que observamos en los demás y que nos gustaría modificar. El caso es que no sabemos cómo explicarle este hecho y, en numerosas ocasiones, terminamos haciendo críticas que, por nuestra manera de hacerlas, dejan de cumplir el objetivo de ayudar a alguien.

Las críticas son la expresión de acciones, conductas o trabajo realizado por otra persona que no nos gusta. ¿Qué finalidad tienen? Esto va a hacer que una crítica sea constructiva o destructiva. Si la hacemos con el fin de mejorar, en este caso estaríamos tratando las críticas constructivas. También las podemos llamar “sugerencias de mejora” y así le quitamos las connotación negativas que tiene la palabra “crítica”. Este tipo de sugerencias son necesarias en nuestra vida y nuestras relaciones. Con ellas, por ejemplo, podemos mejorar el apoyo social porque ayudan a que la calidad de nuestras interacciones aumente. Si no le explicamos a otra persona que hay algo que hace que nos molesta, ¿cómo lo va a saber? Muchos roces y discusiones vienen porque esperamos que la otra persona se dé cuenta de lo que queremos y lo que no, cuando es más sencillo decírselo directamente.

Hay algo que podamos hacer para que no le siente mal esto a la otra persona. Obviamente, no podemos meternos en su cabeza y controlar que se lo tome bien, pero sí que podemos expresarlo de forma adecuada. De esta forma, tendremos más chances de evitar un conflicto y que la otra persona entienda nuestro punto de vista.

Cuando vayamos a hacer una sugerencia de mejora o una crítica constructiva es bueno que consideremos distintos factores. La primera tarea consiste en buscar el momento más adecuado. Obviamente, si la otra persona está enojada o nerviosa, puede que no le caiga nada bien lo que le decimos, a pesar de que lo estemos siendo muy cuidadosos. Por otra parte, la crítica debe hacerse a tiempo; no hay que dejarse llevar por la mala costumbre de criticar sólo después de consumados los hechos.

No hay que apabullar y llevar adelante una crítica tras otra, por más que nuestras intenciones y la manera de expresarla sea la correcta. Todos tenemos cosas que mejorar, pero podemos trabajar en ello si nos lo dicen de poco en poco en lugar de todo de golpe. Por otro lado, es adecuado preparar alternativas al objeto de la crítica, así como decir algo positivo sobre el momento o la relación que nos une a la otra persona.

Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente, podemos poner en marcha dos estrategias para realizar sugerencias de mejora de forma adecuada. Hay que decir una cosa buena, la sugerencia de mejora y terminars con otro factor positivo. Además de esta técnica tan sencilla, hay otra llamada “ABC”. Lo primero que hay que hacer es describir lo que nos disgusta sin juzgar a la otra persona. Después explicaremos cómo nos afecta sin culparle. Además, nos pondremos en su lugar, explicándole que entendemos sus motivaciones. Pero no solo eso, también hay que responsabilizarnos de nuestra posible parte de culpa. A continuación será cuando pidamos el cambio.

Si la otra persona nos da soluciones, tenemos que agradecerlo y comentar que así las cosas irán mejor. Pero hay veces que no nos dice nada. Entonces tenemos que ofrecer nosotros las alternativas recordando que las consecuencias son positivas para ambos si sale bien. También hay que explicar que si no hay cambio, la situación puede ir a peor. Esto no hay que hacerlo como una amenaza, sino como una descripción de lo que va a pasar, ya que va a fomentar la empatía entre las dos partes. Con esta forma de comunicar las sugerencias de mejora, expresamos cómo nos sentimos de forma que la otra persona nos comprenda.

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