El DIAZEPAM  es un tipo de psicotrópico derivado de las benzodiacepinas. Es uno de los más administrados (y efectivos) para el tratamiento de la ansiedad, el insomnio, los ataques de pánico y como sedantes previos a determinados tipos de intervenciones. También conocido por su nombre comercial “Valium”, es un fármaco perteneciente a la familia de los ansiolíticos e hipnóticos. La misma OMS (Organización Mundial de la Salud) lo tiene incluido en su lista de “medicamentos esenciales” por una razón muy concreta: es una de las benzodiacepinas estándar más eficaces y utilizadas en la actualidad.

Es un depresor del sistema nervioso central. Por lo tanto, lo queramos o no, lo que hace es disminuir la actividad del cerebro. Lo consiguen actuando en distintas áreas del sistema límbico, del tálamo y el hipotálamo. Una de sus principales ventajas es que no interacciona con el sistema nervioso autónomo periférico (no producirá ningún efecto secundario extrapiramidal, como ser problemas motrices como discinesias o distonías).Los neurocientíficos deducen que su acción se inicia al unirse a los receptores GABA para inhibir su actividad. Después de ello, el funcionamiento de ciertas áreas del cerebro se ralentizan para experimentar un estado prolongado de somnolencia, descenso en la ansiedad y relajación de los músculos.

El Diazepam fue la segunda benzodiazepina que inventó Leo Sternbachalrededor alrededor de los años 60. Es 5 veces más potente que su predecesor, el clordiazepóxido. Hasta aquel momento, los médicos prescribían a sus pacientes los clásicos barbitúricos (unos fármacos con una elevada dependencia y con efectos secundarios bastante serios.) El Diazapam fue considerado por muchos años como una droga milagrosa y hasta hace poco tiempo era el fármaco más vendido. De a poco, los médicos fueron conscientes de que estos comprimidos no eran tan inocuos como se creía y,  llegados los años 90 su comercialización cayó a la mitad.

¿Cuáles son los múltiples usos del Diazepam?

  • Tratamiento a corto plazo del insomnio.
  • Para tratar la ansiedad, los ataques de pánico y estados de agitación.
  • Tratamiento del estado epiléptico.
  • Manejo inicial para diversos trastornos del estado del ánimo como la manía. Suele utilizarse en combinación con el litio, valproato o neurolépticos.
  • Tratamiento de la abstinencia del alcohol y los opiáceos.
  • Se usa junto a otros antidepresivos en pacientes que desarrollan pensamientos suicidas.
  • Es eficaz para diversas condiciones musculares dolorosas.
  • Para tratar diversas paresias musculares por efecto de lesiones o problemas cerebrales.
  • Para utilizarse como sedación previa a una operación.

El diazepam se puede tomar por vía oral, intravenosa, intramuscular o rectal. Se recomienda siempre su administración por vía oral porque se absorbe rápido y bien. Llega al torrente sanguíneo en poco tiempo y su mecanismo de acción se inicia pasados los 15 o 45 minutos. Una vez en la sangre se redistribuye por todos los tejidos. Al poco llega a nuestro cerebro y a todo el sistema nervioso al atravesar la barrera hematoencefálica. Una vez aquí, y como ya sabemos, facilita la acción inhibitoria del neurotransmisor ácido gamma aminobutírico (GABA). De ese modo nos beneficiamos de su efecto relajante e hipnótico.

Es importante estar al tanto que el metabolismo del diazepam se realiza en el hígado. Este fármaco tiene una vida bastante larga (entre 30 y 60 horas), por tanto necesitamos que este órgano esté sano para poder metabolizarlo de forma efectiva. Las dosis las ajustará el médico especialista (generalmente los psiquiatras), en base a nuestras necesidades. No obstante, siempre suelen estar entre los 5 y los 10 miligramos al día. La dosis máxima jamás debe exceder de los 40 mg diarios.

El diazepam no está recomendado en pacientes con problemas hepáticos, en pacientes con problemas respiratorios o con apnea del sueño o quienes ya han tenido problemas con otro tipo de benzodiacepinas y, no es recomendable durante el embarazo ni en la lactancia.

Una buena parte de la población que recibe tratamiento para la ansiedad suele tomar diazepam durante periodos bastante largos, lo que supone generar a menudo dependencia y tolerancia al fármaco. Esto significa que poco a poco necesitaremos dosis más altas para conseguir el mismo efecto y nuestra salud será la que saldrá perdiendo.

Su uso es tan frecuente que en ocasiones llegamos a “normalizar” su administración y, no estamos ante un medicamento inocuo. El diazepam, como el resto de benzodiacepinas, conlleva un riesgo elevado a la dependencia. Su administración debe ser puntual, controlada, delimitada en el tiempo (8 – 12 semanas máximo), supervisada por nuestro médico y, nunca superar nunca las dosis prescritas. Más allá de este periodo de tiempo y si superamos las dosis recomendadas (o si los combinamos con otros por nuestra cuenta) las consecuencias pueden ser graves.

Los efectos secundarios del diazepam incluyen: Somnolencia, Función motora deteriorada, Problemas de coordinación y de equilibrio, mareos, boca seca, fallas en la memoria.

Efectos del diazepam por un principiode dependencia leve

  • Temblores y problemas más evidentes de coordinación.
  • Nerviosismo, irritabilidad.
  • Insomnio.
  • Cefaleas.
  • Calambres musculares.
  • Problemas para conducir con seguridad.
  • Dificultades para hablar de forma fluida.
  • Problemas de concentración.
  • Amnesia anterógrada.

Síntomas graves de dependencia al Diazepam

  • Taquicardias.
  • Estados paradójicos de conciencia
  • Respiración irregular, rápida o lenta.
  • Falta de coordinación.
  • Pérdidas de consciencia.
  • Debilidad muscular.
  • Somnolencia extrema.
  • Dolor muscular.
  • Uñas azuladas debido a una falta de oxígeno en sangre.

Los psicofármacos no son la respuesta completa a nuestros problemas y angustias. La química adormece, relaja y atenúa preocupaciones, pero difícilmente soluciona los problemas. Por eso, si bien pueden ser de ayuda por un tiempo, el enfoque psicológico y la terapia es fundamental para poder salir adelante y darle la oportunidad a nuestra salud de no adquirir una dependencia para vivir.

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