Una crisis emocional puede ser un punto de inflexión. La desencadena una situación que nos ha descolocado y modificado nuestra vida y, pasa un tiempo antes de que podamos superarla. Este tipo de crisis nos pone ante la disyuntiva de avanzar o retroceder para superar la situación que la provocó. Las crisis emocionales son muy angustiantes, pero a diferencia de la ansiedad y el estrés crónico ocurren en momentos puntuales. Una rápida actuación es determinante para evitar que la salud mental de la persona se vea afectada.

¿Cuáles son las etapas de una crisis emocional?

Cuando una situación inesperada nos afecta tanto que nos provoca una crisis emocional, apenas podemos reaccionar, entramos en estado de shock. Todo nuestro mundo perfectamente organizado se viene abajo y nos quedamos paralizados. Son tantas las emociones y la confusión que sentimos que nos quedamos quietos, inconscientemente, sin poder buscar una solución. La incapacidad para reaccionar cuando algo nos abruma es, en realidad, un mecanismo de autodefensa. Al paralizarnos intentamos recuperar el orden dentro del caos repentino. Toda la energía se centra ahora en nosotros mismos, en un intento de comprender lo que ha sucedido y tomar una decisión.

Cuando la fase de shock llega a su fin, aparece la fase de caos mental o incertidumbre. Estasurge a raíz de las decisiones que debemos tomar. Es el momento de ponerse en marcha, pero las dudas nos abruman. ¿Qué ha ocurrido? ¿Dónde estoy? Son algunas preguntas que una persona con una crisis emocional puede empezar a hacerse al intentar poner orden en el caos. Muchos psicólogos denominan a esta sensación “ansiedad confusional”. La persona sufre estrés o ansiedad momentánea que le hacen perder el control en un intento de darle sentido a lo que ha ocurrido.

En la tercera y última fase de una crisis emocional, la persona cree que una amenaza externa le acecha. Fruto del desequilibrio emocional que sufre, desconfía del mundo exterior y de las personas que están a su lado. Cuando una persona llega a esta fase puede volverse agresiva. Puede ponerse a la defensiva o querer escapar de la situación en la que se encuentra, y es posible que utilice la agresión si la retienen o se siente muy amenazada. La amenaza no es real. No obstante, el caos emocional del shock puede derivar en pánico irracional.

Cuando una persona experimenta una crisis emocional, aunque no lo exprese con palabras, necesita ayuda. De hecho, durante la crisis la persona está muy receptiva, por lo que una rápida intervención puede devolverle cierta calma. La psicoterapia puede ayudar mucho en estos casos. Si se actúa con rapidez, la persona puede recuperar la estabilidad en poco tiempo. Es fundamental transmitir calma, serenidad e intentar ayudar a la persona a encontrar el orden dentro del caos.

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