Los prejuicios son el resultado de nuestras experiencias pasadas. Están formados por sentencias sencillas que muchas veces condicionan u obstaculizan la posibilidad de juicios más honestos.

En la sociedad de información continuada, deseamos tener una información, idea o conclusión casi inmediata para posicionarnos ante una cuestión determinada. Sin embargo, bajo un paradigma de sociedad líquida, tienen mayor cabida los sesgos cognitivos, como por ejemplo, los que conllevan a la formación de prejuicios. De esta manera, cuando nos llega una información, intentamos ser rápidos también derivando conclusiones. En esta premura, la tendencia es a obviar información relevante o cometer sesgos o errores del pensamiento, de los cuales en la mayoría de las ocasiones no nos damos cuenta.

Sesgos del pensamiento y heurísticos

Sesgo de la correlación ilusoria

Al día, recibimos mucha información, de manera que nos quedaremos con aquella que más nos satisfaga. Por otro lado, la correlación ilusoria es una tendencia a sobrestimar la relación entre dos variables. Hablamos de uno de los mecanismos cognitivos que influyen a la hora de mantener o generar prejuicios.

Sesgo confirmatorio

Es la tendencia de una persona a dar más crédito o prestar más atención a la información que confirma sus suposiciones, ideas preconcebidas o hipótesis, independientemente de que estas sean verdaderas o no.

Sesgo de negatividad (o positividad)

Tiende a ponerse en marcha en estados emocionales negativos. De la misma manera, este sesgo se produce hacia el lado positivo cuando adulamos a alguien, sobreestimando sus cualidades. En cualquier caso, es fuente y alimento de prejuicios.

Heurístico de la representatividad

Es una regla informal para estimar la probabilidad de un evento B dado otro A. Esta estimación se basa en el grado en que A es representativo de B, es decir, en la semejanza de A con el estereotipo de B. Esta regla intuitiva permite, a partir de lo que ya se conoce, inferir sobre el suceso B. El heurístico de representatividad es una inferencia sobre la probabilidad de que un estímulo (persona, acción, suceso) pertenezca a una determinada categoría y, por lo tanto, tenga los atributos que la definen. Estos son algunos de los mecanismos que influyen en la elaboración o mantenimiento de los prejuicios. Muchas veces ocurren de forma automática y son denominados como «atajos mentales».

Podemos equivocarnos y, aun así, ser tajantes o no albergar ninguna duda cuando sentenciamos con juicios. Cuando sentenciamos a otro, de forma rotundamente juiciosa, no solo estamos poniendo el foco de atención en una tercera persona, sino también en nuestra parte egoica. El egoísmo es una visión que valida los prejuicios. La intransigencia de nuestros pensamientos o ideas, en detrimento con la de los demás, nos puede llevar a firmar por otros, lo que es de uno.

Cuando firmamos por alguien, ignoramos información relevante que nos lleva a cometer sesgos en el pensamiento, y que con un pensamiento erróneo, podemos ser influyentes en el «devenir». Ser prudentes a la hora de elaborar juicios es tan importante como tener una apertura a la experiencia. Un mecanismo inconsciente de desplazamiento, se activa con facilidad y sin darnos cuenta.

A la hora de realizar juicios, tener una apertura a la experiencia y ser prudentes nos permite un menor margen de error, siendo más factible cambiar el foco de atención a uno más plausible. El mindfulness, atención plena, es una herramienta positiva que ayuda a las personas críticas a trascender del juicio. Un ejercicio, -por ejemplo, de visualización- es el que nos permite dibujar un objeto con diferentes estilos, desde diferentes ángulos. Son diferentes formas o estilos de expresar la percepción de un objeto, pero el objeto, esencialmente, no se puede cambiar.

Las personas que puntúan alto en cuanto en «apertura a la experiencia» son aquellos que también aceptan mejor las diferencias. Mientras más tolerante sea una persona con relación a las opiniones diversas de los otros, mayor tenderá a ser su nivel de apertura hacia las nuevas experiencias, Por otra parte, una investigación coordinada por la Universidad Wake Forest (EEUU) demostró que ver con buenos ojos a los demás es un indicador de que puedes considerarte feliz, entusiasta, noble y emocionalmente estable. Comprender que sentenciamos o firmamos fácilmente, entre otras razones por lo fácil o nuestra economía del pensamiento, no solo nos ayuda a acercarnos a un pensamiento plausible, sino que también nos permite desarrollar una mejor atención y capacidad comprensiva. Razones suficientes para ser más prudentes en la elaboración de los prejuicios y redirigir la atención en los juicios.

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