La terapia de nido o nidoterapia es un método terapéutico que tiene como objetivo principal modificar el entorno de las personas con esquizofrenia y otros trastornos mentales graves. Se aplica en combinación o en paralelo con otras intervenciones. En lugar de centrarse en intervenciones directas solo con el paciente, el objetivo es ayudarle a identificar la necesidad de cambio y luchar por los cambios en el entorno. El propósito de la terapia de nido no es cambiar a la persona, sino crear un mejor «ajuste» entre el medio ambiente y el individuo. Como resultado, el individuo puede mejorar, pero este no es el resultado directo del tratamiento con el paciente, sino por la creación de una relación más armoniosa con el medio ambiente. Si los factores ambientales o el entorno de una persona tienen un peso significativo en la aparición de enfermedades y recaídas, entonces los nidoterapeutas y las personas con esquizofrenia pueden identificar estos factores juntos para tratar de reducir el número y la gravedad de la recaída en la enfermedad.

Esta terapia fue creada por el psiquiatra Peter Tyrer. Desarrolló la nidoterapia como una forma de intervención ambiental. Tiene una base teórica ligada al concepto darwiniano de evolución. La adaptación de un organismo a su entorno garantiza su prosperidad, por lo que si conseguimos que el entorno se adapte al organismo de modo similar obtendremos cambios positivos en el comportamiento. Aunque las condiciones ambientales siempre se han tenido en cuenta en la evaluación y el tratamiento de personas con trastornos mentales, rara vez se sigue una estrategia coherente de intervención. Dar una importancia primaria al ambiente permite cambios que de otra manera no serían alcanzados. Los problemas ambientales se convierten frecuentemente en precipitantes persistentes de recaídas en la enfermedad mental. El éxito en las intervenciones ambientales requiere de una conciencia sensible y una habilidad especial para balancear las necesidades del paciente con las de los demás.

Principios de la nidoterapia

Los principales principios de la nidoterapia serían:

  • Colocación colateral: considerar el entorno desde el punto de vista del paciente.
  • Formulación de objetivos medioambientales realistas.
  • Establecimiento de objetivos claros para el cambio medioambiental.
  • Mejoría de la función social: concentración en la función más que en los síntomas.
  • Adaptación y control personal: permitir que el paciente participe de modo apropiado y asuma la responsabilidad del programa.
  • Integración más amplia del entorno y arbitraje.
  • Implicar a los demás, incluidos árbitros independientes, en la resolución de aspectos difíciles del cambio medioambiental.

La nidoterapia puede funcionar de manera paralela -y acumulativa en efectos- a la aplicación terapias existentes, pero al mismo tiempo debe ser independiente de ellas. Ayudar al paciente a enfocarse en los cambios ambientales podría mejorar la adaptación a su entorno. Esto podría manifestarse en una mejor adherencia que con otros tratamientos. Los objetivos propuestos durante la nidoterapia suelen involucrar a muchos miembros del equipo, trabajadores sociales, psicólogos, terapeutas ocupacionales, terapeutas creativos o agentes comunitarios.

La intervención formal suele durar según la experiencia del autor 10 sesiones. La Nidoterapia adopta un modelo de cinco fases.

Fase 1: Identificación de los límites de la nidoterapia

La nidoterapia suele ser implementada después de que el paciente ha sido tratado ampliamente y ha obtenido toda la ganancia posible de las intervenciones disponibles. Otras veces, suele implementarse después de una larga batalla entre los terapeutas por realizar intervenciones y los pacientes resistiéndose a estas. Si el terapeuta es capaz de definir al paciente que fenómenos están dados por el trastorno y que fenómenos están dados por el ambiente, disminuye la posibilidad de conflicto y aumenta la colaboración con otro tipo de intervenciones.

Fase 2: Análisis ambiental completo

Todos los deseos del paciente deben ser anotados, incluso si resultan fantaseosos. El análisis ambiental del terapeuta sigue al del paciente. Se hace con el paciente o independiente a este. Una vez completado se debe llegar a un acuerdo de los objetivos a alcanzar y si existen diferencias recurrir al árbitro/mediador.

Fase 3. Implementación de una senda común

La fase  anterior tarda muchas horas en completarse, pero si se realiza exitosamente las próximas fases pueden ser negociadas rápidamente. Los diferentes elementos de esta senda común se identifican y se planifican en cada intervención. Muchos de estos cambios deben ser cuidadosamente pensados y tienen que darse de forma paulatina. Es importante poner plazos de tiempo apropiado para estos cambios con el fin de evitar decepciones en el futuro.

Fase 4. Monitorización del progreso

Aunque la adquisición de los objetivos puede tomar un tiempo considerable, estos deben mantenerse claros, con transparencia en los procedimientos para lograrlos. Es importante la retroalimentación sobre los progresos adquiridos, se propone como tiempo razonable la evaluación cada tres meses. A pesar de todo, es altamente improbable que todos los objetivos sean adquiridos satisfactoriamente.

Fase 5. Resituando la nidoterapia

A veces, objetivos que se pensaban apropiados resultaron en el tiempo no serlo. Cuando esto sucede es necesario volver y trazar una nueva senda con diferentes objetivos, usualmente menos ambiciosos, pero a veces aún más. En esta tarea el rol del paciente es muy importante, así como una aceptación honesta de lo decidido.

Se necesita más investigación para llenar los vacíos en el conocimiento sobre la eficacia, los beneficios y los posibles riesgos de la nidoterapia. Mientras tanto, las personas con problemas de salud mental, profesionales de la salud, gerentes y formuladores de políticas deberían considerar esta nueva terapia como un enfoque exerimental. La nidoterapia es un proceso complejo que todavía está en desarrollo. Es hasta ahora la única intervención ambiental sistemática y con seguimiento en el tiempo para trastornos mentales persistentes. Los terapeutas deben estar entrenados para aceptar a los pacientes por lo que son y no por lo que les gustaría que fueran.

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