En los últimos años, las investigaciones han demostrado que las regiones implicadas en procesamiento del dolor físico son las mismas que aquellas relacionados con el dolor emocional y la angustia social. Lo que parece indicar que el dolor emocional supone un gran sufrimiento para la persona que lo padece. El rechazo por parte de la pareja, la muerte de un ser querido, sentir el banadono de amigos, o los cambios repentinos en la vida, entre otras situaciones, pueden desencadenar que rompamos con el presente, fruto de una gran carga emocional que puede llegar a hundirnos. Por tanto, el dolor emocional puede provocarnos serios problemas en el día a día.

Cada persona siente el dolor emocional a su manera, y como ya he dicho puede ser causado por distintos fenómenos: una ruptura de pareja, un cambio de ciudad, perder un tranajo, un ser querido, un amigo, etc. Sea cual sea el motivo, se suele originar por no saber gestionar el cambio de vida y por no disponer de los recursos necesarios para afrontar la nueva situación. Y claro, como cada uno afronta la situación a su manera, algunas personas pueden decirse a sí mismas que ese dolor está justificado, sin hacerle frente. Otras, en cambio, se lo toman en serio e intentan salir de la situación en la que se encuentran lo antes posible. La experiencia suele hacernos ver el dolor emocional como parte del aprendizaje para la vida, pero, ¿cuál es la mejor manera para superarlo?

Maneras de superar el dolor emocional

1. Reconocer el dolor que sentimos

El primer paso para cambiar es reconocer lo que nos ocurre. La sociedad nos presiona de tal manera que hemos llegado a creer que el dolor emocional sólo le ocurre a las personas débiles. Eso es falso, el dolor emocional es parte de la vida. Algunos individuos intentaran quitarse los problemas del medio sin afrontar la realidad, algo que sólo enmascara el sufrimiento emocional, porque, en realidad, seguirá estando ahí. Por tanto, reconocer el dolor emocional es necesario para avanzar.

2. Ser honesto con uno mismo y con los demás

Ser honesto con uno mismo y reconocer que tenemos un dolor emocional intenso que afecta nuestro bienestar, puede no ser suficiente. En ocasiones, también necesitamos el apoyo de la gente que nos rodea. El dolor emocional, cuando no se ha superado, puede provocar comportamientos que otras personas quizás no entiendan. Por eso, puede ser bueno compartir nuestros sentimientos con nuestros seres queridos. Ellos serán capaces de apoyarnos y entendernos para que podamos superar esta situación lo antes posible.

3. Ser amable con uno mismo

Quererse a uno mismo, nos convierte en una persona mucho más preparada para afrontar los problemas. Y quererse a uno mismo, significa que tratarnos con amor y cariño y, comprender que no somos perfectos. De hecho, las personas perfeccionistas sufren un gran dolor emocional.

4. Valorar y cuidar a las personas que nos quieren y brindan contención

Estas situaciones dolorosas pueden tener su parte positiva. Una de ellas es que realmente nos damos cuenta de aquella gente que nos rodea que vale la pena conservar. En los malos momentos, es importante ser capaces de reconocer a nuestros verdaderos amigos y conservarlos.

5. Entender que ciertas personas no nos comprenderán

Algunas personas puede que no comprendan nuestros sentimientos ni las razones por las cueles estamos sufriendo. Generalmente, la gente sensible o las personas que han pasado por situaciones similares son más entendidos en el tema. No debemos preocuparnos, esto también es normal. La inteligencia emocional es una habilidad que no domina todo el mundo y, además, hay personas que no son todo lo emocionalmente maduras. Pero, por otra parte, siempre existen personas empáticas que sabrán ponerse en nuestro lugar.

6. Aceptar el dolor y seguir queréndonos

Muchas veces no logramos descubrir qué es lo que nos causa el dolor emocional y no podemos remediarlo. Si bien estas son las situaciones más complicadas de superar, lo que debemos hacer es aceptar las cosas tal y como son para seguir queriéndonos. En los momentos más complicados, debemos practicar la autocompasión. Esto parece simple pero no es fácil. El mindfulness puede ayudar en estos casos.

7. Superarlo requiere voluntad propia

Tratarse uno mismo con cariño requiere voluntad. Algunas crisis pueden marcar nuestra existencia y nuestra vida, lo que puede provocar que sintamos que hay un antes y un después de estas situaciones amargas o dolorosas. Pero, aunque sean momentos duros, hay que extraer las enseñanzas que encierran estas etapas de crecimiento. Esto requiere voluntad.

8. Tomar el control de nuestra vida

Cuando estamos pasando una mala etapa, solemos pensar que que todo lo malo nos sucede a nosotros. También, podemos creer que no valemos nada. Es imprescindible dejar de lado estos pensamientos negativos que sólo logran destruirnos y, tomar el control de nuestra propia vida. Realizar actividades que nos brinden paz, tranquilidad y placer y, que quizás hayamos abandonado. Buscar metas realistas y luchar por ellas. Solamente de esta manera encontraremos sentido a nuestra vida.

9. Si no logramos superar el dolor, acudir al psicólogo

Puede que el dolor emocional sea fruto de un problema más grave, como la depresión o el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Por eso, el tema puede terminar siendo más complejo de lo que pensábamos y necesitamos la ayuda de un especialista que para pueda guiarnos y así nos ayude a salir de la situación que nos está causando un gran dolor emocional. Sin embargo, es importante tener en claro que somos nosotros mismos quienes debemos superarlo. Un psicólogo solamente nos proporcionará las herramientas que necesitemos para llevarlo a cabo.

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