¿Cómo validamos lo que opinamos y sentimos?
Una opinión es algo personal pero, también tiene carácter social. En la vida, cuando tenemos una opinión, es enriquecedor escuchar la de otros, ya sea por añadir aspectos que desconocías a nuestra propia opinión (que pase a ser una opinión menos fuerte ante ciertas evidencias o, caso contrario, reafirmarla si encontramos muchos argumentos a nuestro favor).
El problema aparece cuando necesitamos también validar lo que sentimos y pensamos ante los demás. Porque es nuestra parte más íntima y solo nosotros sabemos su causa y desarrollo. De esta manera, tendremos que trabajar con nosotros mismos para que no nos impida seguir adelante, con nuestras metas.
Sólo nosotros conocemos todo de nosotros mismos, asique es mejor tener un diálogo con nuestro yo interior para validar ese sentimiento y darle el lugar que consideramos debe tener. Eso nos ayudará a construirnos y a no ser solamente un molde que los demás pueden transformar a su antojo porque uno/a deja que sean ellos/as los que hagan ese trabajo, como si no tuvieramos la suficiente confianza en nosotros mismos para hacerlo. Es así como nos exponemos a un juicio público innecesario, que puede terminar lastimando aún más nuestra sensibilidad y terminar llevando adelante conductas límite que tren dolor y hacen daño, porque es ESO lo que creeemos que nos merecemos.
La consecuencia clínica más clara que refleja la ausencia de validación personal la podemos observar en lo que se denomina “Trastorno límite de la personalidad”.
Las personas que sufren ese trastorno no sienten que sus acciones sean entendidas, buscan de cualqueir manera un reconocimiento social, tienen una sensación crónica de vacío, están atrapados/as por sus relaciones sentimentales porque no son capaces de poner límites, de cerrar etapas, de experimentar dolor en silencio y, uno de los aspectos más disfuncionales que llevan a la aparición de este trastorno es querer validar a toda costa lo que piensan y sienten, como si ellas mismas no fuesen capaces de hacerlo.
Validación nada tiene que ver con el narcisismo. Es algo que fomenta nuestra individualidad ante el mundo y solo así podremos desenvolvernos en él. Nuestras ideas y opiniones acerca de la sociedad y su validación o debate ante los demás, nos enriquece, nos activa, y pueden explorarse minuciosamente sin salir dañados. El dolor que podamos experimentar y todos nuestros sentimientos son así. Son difíciles de cambiar ya de entender y, debemos ser conscientes de que miles de personas los experimentan a diario como seres humanos en un mundo que desgraciadamente, no siempre es agradable o de color rosa.