Las teorías sobre la personalidad son muy diversas y, por lo tanto, hay muchas definiciones. Se suele decir que se trata de una organización relativamente estable de características estructurales y funcionales, innatas y adquiridas bajo las condiciones especiales de su desarrollo, que conforman el equipo peculiar y definitorio de conducta con el que cada individuo afronta las distintas situaciones.

Una gran pregunta que se hace mucha gente es si la personalidad puede cambiar. Hay que decir que no tiene una respuesta fácil, porque hay muchas teorías y cada autor expresa su visión. Pero en lineas generales, parece ser que la personalidad es relativamente estable y que, por ende, cambia poco y de manera lenta. Lo que sí se puede modificar más fácilmente es la conducta, quesería la parte “visible” de la personalidad.

  • Que la personalidad es una organización significa que funciona como un todo. Los diferentes elementos que conforman la personalidad se unen en el individuo (aunque se puedan observar por separado).
  • Que sea relativamente estable significa que se mantiene con pocos cambios a lo largo del tiempo, o que los cambios que experimenta también son duraderos.
  • Les características estructurales y funcionales explican que la personalidad se define por lo que uno es y también por lo que hace.
  • Estas características son innatas y adquiridas: Dependen tanto de los genes como del aprendizaje y la experiencia.
  • Conforman un equipo definitorio de conducta: Nos sirve para poner etiquetas, como “ser extravertido”, ser “racional” o “ser impulsivo”.
  • Los manifiesta en las distintas situaciones: Las características son las mismas en la mayoría de situaciones en las que se encuentra la persona.

La personalidad forma parte de la identidad de cada uno. Nos ayuda a conocernos a nosotros mismos y a “predecir” cómo nos comportaremos. Da coherencia en nuestra propia vida. Desde este punto de vista, no nos interesa que la personalidad cambie. Sería muy difícil tener que volver a empezar a conocernos a nosotros mismos una y otra vez. La investigación dice que la personalidad cambia a lo largo de la vida, pero lo hace poco. Y además lo hace durante todo el ciclo vital. Las diferentes experiencias, positivas y negativas, contribuyen a estos cambios. Eso sí, son cambios lentos que facilitan que nos vamos adaptando poco a poco. A medida que nos hacemos mayores encontramos situaciones que son muy diferentes de las anteriores. El paso de la escuela al instituto, el paso del instituto a la universidad o a la vida laboral, el cambio de la soltería a la relación estable (si es que la tenemos), la jubilación, etc. Adaptarnos a todos estos cambios hace necesario que la personalidad también cambie.

Lo que sí es más fácil de cambiar es la conducta. Aunque la personalidad nos marque una predisposición a actuar de determinada manera, podemos modular nuestra actuación en cada situación en la que nos encontramos. Cuanto más diferente sea la manera de comportarnos de cómo lo haríamos naturalmente, más esfuerzo tendremos que hacer. Y el esfuerzo tampoco se puede sostener durante mucho tiempo. Pero es posible. Y si lo repetimos y ganamos algo, cada vez será más fácil.

¿Qué dicen las distintas teorías sobre la personalidad?

El debate sobre si la personalidad depende de características del individuo, de las situaciones en que se encuentra, o de una mezcla de todo comenzó hace décadas en el seno de la Psicología y aún no se ha resuelto.

Las principales teorías son estas:

La personalidad depende de características del individuo : estas teorías se llaman internalistas. Esto significa que las causas de la personalidad están “dentro” de cada persona, y las manifiesta siempre y en cualquier situación. Los primeros autores decían que dependía de la forma del cuerpo. Después aparecieron los que decían que depende de características psicológicas que evolucionan a lo largo de la vida. Finalmente, surgieron autores que afirmaban que estas características son las mismas siempre y en todas las personas: por ejemplo, la extraversión. De acuerdo con estos investigadores, la extraversión es un rasgo que todo el mundo tiene en mayor o menor medida. Las personas muy extravertidas son sociables, les gusta estar con gente y prefieren los ambientes movidos. Por el contrario, los que llamamos introvertidos, prefieren el silencio y la soledad.

De entre estas teorías, la que tiene más aceptación y más confirmación científica es la que llamamos de los “Cinco Grandes”. Según sus autores (Costa y McCrae) la personalidad se puede describir en 5 ejes, cada uno con dos polos opuestos. Por lo tanto, todos nos podemos situar en algún punto de cada eje, más cerca o más lejos de los extremos:

  • Neuroticismo – Estabilidad emocional: Describe la tendencia (alta o baja) a reaccionar con ansiedad ante las situaciones. Tener un neuroticismo muy alto no implica tener un trastorno mental.
  • Extraversión – Introversión: Es la cantidad e intensidad de relaciones personales: la persona extravertida tiene mucho amigos, y la introvertida tiene pocos.
  • Apertura a la experiencia (Mucha o poca): Las personas con mucha apertura a la experiencia son exploradoras y les gusta conocer cosas nuevas.
  • Amabilidad – Oposicionismo: Describe si una persona es más o menos empática, cooperadora y dispuesta a ayudar a los demás.
  • Responsabilidad – Negligencia: Las personas con responsabilidad alta son muy organizadas y persistentes en sus objetivos.

La personalidad depende de cada situación: estas teorías son situacionistas. Defienden que la persona no tiene nada que le sea propio para describir la personalidad, sino que la conducta depende de la situación en que se encuentra en cada momento. Según estos autores, nos podemos comportar de manera extravertida en unas situaciones y de manera introvertida en otras. Ponen mucho énfasis en el papel de las experiencias previas: Cuando en una situación actuamos de determinada manera y esto proporciona consecuencias positivas, “aprendemos” a actuar de la misma manera en situaciones similares. Y viceversa: las consecuencias negativas de una manera de comportarnos hará que actuamos diferente cuando nos volvemos a encontrar en una situación parecida.

La personalidad depende de todos los factores conjuntamente: son visiones que se llaman interaccionistas. Creen que la conducta es una interacción entre la persona y la situación en que se encuentra. O, para ser más precisos, cada uno evalúa la situación a su manera y anticipa qué consecuencias puede tener cada una de las maneras de actuar.

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