Si bien la terapia es una metodología que se desarrolla desde hace varias décadas en muchos países, todavía existen ciertos tabúes en relación a ella. Varias son las preguntas y dudas que se hacen, antes de solicitar una cita con un psicólogo. Aún se sigue teniendo la idea colectiva de que los que van al psicólogo tienen problemas mentales. Si bien esa es una de las ramas de esta ciencia, no es la única.

Hacer terapia ayudar a resolver problemas de la tu infancia, de pareja, familiares y hasta con uno mismo. nada tiene que ver esto con estar “loco” o “trastornado”. Cualquier persona que quiera mejorar su vida puede asistir a terapia. Lo importande es dejar de lado los preconceptos y que no importe el qué dirán de nuestras amistades y seres queridos si les contamos que hacemos terapia.

Por otra parte, cuando uno va a un psicólogo, no estamos obligados a decirle nada que no querramos o deseemos, pero hay que recordar de que se trata de un profesional que busca ayudarnos. No es la policía, el FBI, la CIA o un religioso. Y, tampoco usará esa información en nuestra contra. En la terapia, podemos relatar lo que querramos. El terapeuta no tiene ningún poder extrasensorial que con sólo mirarte sabrá cuales son tus problemas o inquietudes y no cuenta con una bola de cristal para determinar el futuro. El psicólogo usará las técnicas que ha aprendido para asesorarnos y analizar nuestra realidad, en base a lo que le dagamos. Por eso nunca es bueno mentir u ocultar ya es esto es contraproducente para nosotros mismos y no para el terapeuta. La relación profesional – paciente siempre tiene que estar basada en la honestidad de ambas partes, pero, si se tiene la habilidad de engañar a quien tenemos delante, no será algo bueno para nosotros, ya que no podremos mejorar en nada y las sesiones serán completamente inútiles.

La vergüenza o el pudor irán desapareciendo a medida que pasen las sesiones y empezás a confiar más en el analista. Te desbloquearás de manera tal que expresarás todo tipo de sentimientos, como el dolor, el miedo, la tristeza, la alegría, la euforia, la furia, etc.

En lo que respecta a la cantidad de sesiones que serán necesarias para tratar nuestra problemática, algunos pacientes deciden por sí mismos en qué momento dejar de ir o, también puede suceder que sean los mismos profesionales quienes den el alta. No hay una fórmula exacta para determinar la cantidad de tiempo que se va al psicólogo. Hay personas que asisten a sus sesiones por algunos meses, otros dos años y están los que se analizan toda la vida. Todo dependerá de varios factores, como por ejemplo, cuales son tus objetivos al hacer terapia. Tampoco hay que pretender solucionar todos los problemas que venimos acarreando desde que nacimos, o una relación de 20 años de matrimonio que se quiebra, en sólo 2 sesiones…. todo lleva su tiempo y cada persona es diferente a la otra.

Otro de los aspectos que determinan la cantidad de sesiones del tratamiento psicológico, es el tipo de terapia elegida o que ofrece el profesional.

Algunas opciones son:

  • La terapia psicoanalítica : trabaja en el pasado del paciente y los procesos mentales inconscientes
  • La terapia conductista:  se basa en la conducta y en el aprendizaje de hábitos
  • La terapia cognitivo conductual : analiza el presente y pone el énfasis en cómo cambiar
  • La terapia breve estratégica: es muy puntual en algo en particular
  • La terapia humanista: trabaja con los sentimientos para que una persona pueda conocerse a si misma.

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