El sueño es un proceso biológico imprescindible para la vida. Existen diferentes trastornos que nos impiden tener un sueño reparador y que pueden afectarnos con diversos síntomas que pueden llegar a imposibilitarnos en el manejo de nuestra vida cotidiana.

  • Insomnio

Es uno de los trastornos más comunes, afecta a un 25% de la población y puede deberse a ciertos trastornos de fondo como la depresión o la ansiedad. El insomnio se define como la incapacidad para conciliar el sueño y permanecer dormido toda la noche. Cada persona necesita ciertas horas para sentirse descansado aunque lo normal es entre 7 y 9 horas. Las personas  que padecen este trastorno suelen sentirse somnolientas durante todo el día y esto termina perjudicándolos en su vida diaria. Por las noches, volverán a tener dificultades para conciliar el sueño, a pesar de estar realmente cansados. Dentro del insomnio; el llamado efecto de “piernas inquietas” consiste en un hormigueo en las piernas que obliga al paciente a moverlas. Se produce almomento de acostarse, por la noche y dificulta mucho el poder dormirse.

  • Apnea del sueño

Es un trastorno común en el que la persona que lo sufre hace una pausa en la respiración durante el sueño. Suele durar poco y la persona recupera su respiración normal con un ronquido fuerte. Generalmente, es un trastorno crónico que altera el sueño ya que ocurre en la fase REM y se pasa a un sueño ligero provocando que la persona no descanse correctamente. El primero en notar este síntoma suele ser un familiar ya que la persona no se da cuenta de lo que le está sucediendo. El tipo más común es la apnea del sueño obstructiva, que se debe a una obstrucción en las vías respiratorias que impiden que el aire pase. Normalmente, es más frecuente en personas con sobrepeso. Si no se trata correctamente puede haber graves consecuencias porque en los periodos de anoxia (falta de aire en el cerebro), se pueden dañar neuronas asociadas al sueño y esto conlleva a un aumento en las probabilidades de sufrir un ataque cardíaco.

  • Narcolepsia

Esta enfermedad neurológica se debe a una anomalía cerebral que altera los mecanismos neurales del sueño; Consiste en episodios de sueño repentinos en horas de vigilia, pudiendo quedarse dormidas durante 2-5 minutos en cualquier lugar y despertándose sintiéndose despejadas. Puede ocurrir conduciendo, hablando o paseando simplemente. Estas personas carecen del sueño de ondas lentas y pasan directamente a la fase REM. Dentro de esta enfermedad encontramos algunas variantes como son:

  1. La cataplejía: es una parálisis total que ocurre durante la vigilia. La persona sufre debilidad muscular y puede quedar totalmente paralizada y caer al suelo. Lo que ocurre es que el fenómeno del sueño REM se produce en un momento inapropiado. La persona está consciente durante estas crisis.
  2. Las alucinaciones hipnagógicas: ensueños vividos que ocurren antes de que la persona se duerma. Son sueños mientras se está despierto.
  3. Las parálisis del sueño: suele darse justo antes del sueño o al despertar por la mañana pero en un momento en el que no representa peligro para la persona.
  • Trastornos de conducta asociados al sueño REM

En el sueño REM estamos paralizados corporalmente. Si no fuera por esa parálisis representaríamos nuestros sueños. En el trastorno asociado al sueño REM (que es una enfermedad neurodegenerativa) los pacientes representan sus sueños, levantándose y moviéndose sin ser conscientes de ello. El paciente puede sufrir lesiones.

  • Trastornos asociados al sueño de ondas lentas

Durante esta fase, concretamente en la fase número 4 del sueño (una de las más profundas), algunas personas sufren conductas de inadaptación; como pueden ser el sonambulismo, enuresis nocturna (mojar la cama) y terrores nocturnos.

  1. El sonambulismo: en los niños suele ser por fatiga, falta de sueño o ansiedad; en los adultos puede deberse a trastornos mentales, alcohol entre otras. Estas personas se pueden levantar y pasear con normalidad, realizar acciones… estos episodios suelen ser muy breves y si no se les despierta volverán a irse a dormir pero pueden quedarse durmiendo en cualquier lugar diferente. Dentro del sonambulismo se encuentra el trastorno de ingesta asociado al sueño en el cual la persona come mientras está dormida. Para prevenirlo, suelen guardar la comida bajo llave.
  2. Los terrores nocturnos: son más comunes en los niños de entre 3 y 7 años. El niño puede estar sudando o respirando agitadamente, en estado de shock y muy desorientado.

En definitiva, se necesita de un sueño reparador para estar al 100% en nuestro día a día. Es por ello que, en el caso de que suframos algunos de los síntomas descriptos anteriormente, debemos consultar con nuestro médico clínico para que él pueda diagnosticarnos adecuadamente y tomar medidas si es necesario. Muchos de estos trastornos tienen tratamientos altamente efectivos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *