¿Cuál es la relación entre la personalidad y la espiritualidad?
A lo largo de la historia, la espiritualidad y la religión han tenido un papel fundamental en nuestras vidas. Desde la psicología se ha querido determinar qué relación tiene con los rasgos de personalidad y cómo se influyen mutuamente.
La psicología de la personalidad es una de las grandes áreas de estudio de esta disciplina. Por ello, se ha tratado siempre de observar cómo se forma, cómo afecta a nuestro comportamiento y cómo condiciona nuestra forma de ver el mundo. Así, cada vez se está estudiando más la relación entre la personalidad y la espiritualidad. Si bien el estudio de la espiritualidad y la religiosidad no es nuevo, en los últimos 20 años se ha comenzado a hablar de una nueva rama denominada Psicología de la Religiosidad y la Espiritualidad. Entre sus objetivos estaría clarificar la relación que hay entre los rasgos de personalidad y las creencias espirituales. Cómo evolucionan a lo largo del ciclo vital y la importancia adaptativa que tiene para determinadas personalidades.
Sin embargo, el principal inconveniente que existe es llegar a un consenso sobre qué es la espiritualidad y religiosidad.Una de las definiciones más utilizadas refiere que la espiritualidad es una motivación innata que orienta y guía el comportamiento hacia la construcción de un significado personal más amplio. Es decir, la creencia de que existe un orden en el universo que trasciende nuestro pensamiento. En este sentido, algunos autores proponen que incluso podría formar un factor de personalidad por sí mismo. Por otro lado, la religiosidad es el conjunto de creencias, valores y prácticas explícitamente pautadas por una tradición social o institucional, y que depende de la educación y la cultura. Así, la religiosidad se ve influida por, y modula, la espiritualidad de la persona.
Personalidad
Aunque existen distintos modelos que clasifican la personalidad de diferente forma, generalmente los estudios se basan en el Modelo de los 5 factores. Según este, la personalidad se puede definir en función del grado que presenta en cada una de las siguientes dimensiones:
- Neuroticismo: relacionado con la inestabilidad emocional y tendencia a experimentar emociones negativas.
- Extraversión: tendencia a ser comunicativo y relacionarse con los demás.
- Apertura mental o a la experiencia: tendencia a mostrar curiosidad intelectual, imaginación y sensibilidad estética.
- Amabilidad: relacionado con el establecimiento de vínculos sociales, actitud altruista e interés por otros.
- Responsabilidad: tendencia a tener propósitos y metas claras, capacidad para controlar impulsos y llevar a cabo tareas de forma organizada.
Espiritualidad y personalidad
La espiritualidad consiste en una motivación innata y en una creencia de que existe una orden universal, y que determina nuestro comportamiento. En algunas investigaciones se han relacionado la espiritualidad con los 5 factores de la personalidad, como la extraversión, apertura y amabilidad.Sin embargo, hay autores que defienden que la espiritualidad por sí misma incluye matices que no incluyen los otros (simplicidad, desapego o soledad). Por ello, consideran que la espiritualidad debería constituir un sexto factor de la personalidad. En función del grado de espiritualidad que se presente, la persona mostraría ciertas tendencias comportamentales y formas de percibir el mundo que le rodea.
Religiosidad y personalidad
La religiosidad contextualiza el grado de espiritualidad de una persona. Dado que la espiritualidad se considera más un factor de personalidad, la mayoría de estudios han asociado diferentes rasgos de personalidad con religiosidad. En este sentido, aunque un 60 % aproximadamente no encuentra ninguna relación, hay indicios de que una mayor espiritualidad religiosa está relacionada con una menor presencia de neuroticismo. Por otro lado, un 40 % de los estudios indican que las personas más religiosas muestran más rasgos de responsabilidad. Es decir, una mayor presencia de objetivos y capacidad para alcanzarlos de forma planificada y organizada. Un 87 % de investigaciones han visto que las personas con un mayor grado de religiosidad son más amables. En cuanto a la apertura o la capacidad de tener una mayor imaginación o curiosidad, un 42 % de los estudios encuentran una relación positiva. Sin embargo, algunos autores creen que, si se eliminara el efecto de la espiritualidad, es decir, que todos mostraran el mismo grado, una mayor religiosidad se asociaría a menor apertura.
Relación entre ellos
Un estudio ha analizado la relación entre espiritualidad, religiosidad, y la personalidad. En él han encontrado que todos los factores de personalidad, excepto apertura, se relacionan con el grado de espiritualidad. Este resultado fue destacable en agradabilidad y responsabilidad. En cambio, la religiosidad sólo se asoció con estos dos últimos factores. De forma más específica, vieron que cuando el acercamiento a la religión se produce en busca de respuestas a cuestiones existenciales, pero el sentimiento de fe y el significado espiritual eran bajos, la religión se relacionaba con un alto neuroticismo y apertura. Por el lado contrario, se asoció con una baja extraversión, agradabilidad y conciencia. Otro hallazgo fue que, cuando las personas se acercan a una religión de un modo más instrumental, porque les aporta seguridad o fuente de sociabilización, pero la búsqueda intelectual y de fe eran bajas, se asociaba con un bajo neuroticismo, agradabilidad y apertura.