La hiperestesia es un trastorno de la percepción de la sensibilidad poco conocido. Podemos definirla como una condición perceptiva que conlleva un incremento anormal de la sensibilidad hacia estímulos o sensaciones, en general táctiles. Es una distorsión sensorial que nos lleva a sentir de forma muy intensa las sensaciones, incluso las que pertenecen a estímulos de baja intensidad (por ejemplo: el roce de la ropa en la piel). Por regla general, las personas que padecen hiperestesia experimentan la mayoría de sensaciones desagradables a través del tacto, aunque existen casos en que también se ven afectados los sentidos de la vista y la audición.

Cabe destacar que la persona que padece hiperestesia puede llegar a sufrir niveles muy altos de ansiedad, depresión, que le pueden conducir al aislamiento y a la interferencia total en su vida cotidiana (laboral, social, familiar y personal). Las reacciones anormales ante los estímulos pueden aparecer en cualquier momento del día, y ahí radica uno de los elementos más interferidores de la hiperestesia.

Desde el momento en que casi cualquier elemento sensorial del exterior puede ser extremadamente molesto para la persona, se produce una interferencia en su ritmo de vida normal. Por ejemplo, el roce de determinadas prendas de ropa, la intensidad de la luz (puede llegar a ser insoportable para los ojos), el contacto con el agua tibia o caliente, taparse con una manta, afeitarse… Incluso el contacto físico y sexual con otras personas. Digamos que el umbral sensitivo de la persona está muy por debajo de lo que adaptativamente es mejor para el ser humano, por lo que ante el mismo estímulo con la misma intensidad sentirán por defecto más dolor. Lo que para nosotros podrían ser actividades placenteras y de autocuidado (hacerse un masaje, aplicarse exfoliante en la piel, depilarse…) para estas personas difícilmente podría ser tolerado.

Las variables que determinan que el estímulo sea considerado como negativo son la intensidad del mismo, la rapidez con la que se presenta y/o el número de estímulos. A algunas personas les puede provocar más rechazo el tacto de una prenda en concreto (p. ej., un jersey) por su intensidad, y otra persona con esta condición puede sentir sensaciones negativas táctiles intensas en varias regiones de su cuerpo y a través de múltiples estímulos (p. ej., varias prendas de ropa a la vez).

Por suerte, la hiperestesia es una condición poco común. La mayoría de casos se deben a una causa primaria (psicopatología o consumo de sustancias psicoactivas), y se entiende que es un síntoma secundario a dichas causas. Vamos a detallar cada una de ellas.

Psicopatologías comórbidas a la hiperestesia

  • Manía: algunos sujetos que padecen Trastorno Bipolar Tipo I y que están cursando un episodio maníaco pueden experimentar hiperestesia, aunque suele ser un síntoma poco común. Los expertos han hipotetizado que la activación y excitación cerebral que genera la manía sería responsable de disminuir el umbral sensitivo y originar esta condición perceptiva tan molesta.
  • Trastornos psicóticos: en estos casos la hiperestesia suele ser más prevalente, pero en ningún caso constituye un síntoma típico de los trastornos psicóticos. Sin embargo, el trastorno mental en el que se vislumbran más casos de hiperestesia es la esquizofrenia. Aunque no existe un cuerpo de investigaciones contundentes al respecto, se cree que las alteraciones en el funcionamiento cerebral originan la aparición de esta condición perceptiva.

Sustancias susceptibles de generar hiperestesia

  • Sustancias psicoactivas (cocaína, metanfetamina): a raíz del consumo de estas sustancias se puede originar un incremento en la sensibilidad sensorial de la persona. En este tipo de casos la hiperestesia suele cursar de forma paralela a la intoxicación de la sustancia psicoactiva, por lo que desaparece cuando se acaban los efectos psicoactivos de la droga.
  • Consumo de heroína: las sustancias sedantes y opiáceas pueden originar hiperestesia. En varios estudios el consumo de heroína se ha relacionado positivamente con la experimentación de estas sensaciones.

Esta sensibilidad desmesurada fruto de los estímulos y sensaciones puede llevar a la persona a abusar de sustancias para sobrellevar la situación (como cocaína o alcohol) y, en problemas psicológicos como la ansiedad o la depresión clínica.

Por otra parte, la hipoestesia consiste en una disminución de la sensibilidad (lo contrario a la hiperestesia), y la parestesia sería una sensación anormal de los sentidos que se traduce en sensación de hormigueo, adormecimiento, etcétera. Estas alteraciones se producen por una patología en cualquier sector de las estructuras del Sistema Nervioso Central o Periférico.

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